Antonio Casado

CRÓNICA PERSONAL

Antonio Casado

Periodista especializado en información política y parlamentaria


Vox, como mal menor

12/03/2022

Sostengo que la entrada de Vox en la Junta de Castilla y León va camino de convertirse en antídoto de un temido salto de la ultraderecha al gobierno de la nación. Hasta que eso pueda verificarse asistimos a una cacería política y mediática del presidente regional en funciones, Fernández Mañueco, y del líder nacional in pectore, Alberto Núñez Feijó.

Se nos ha venido encima una avalancha de reacciones sobreactuadas. La mayoría, inspiradas en la falsa premisa mayor de que esos dos líderes del PP, el regional y el que pronto será nacional, están encantados con la incorporación de la ultraderecha al poder institucional.

No es verdad. Ambos sabían que la gobernabilidad y los intereses de leoneses y castellanos no pasaban por la repetición de elecciones ni por la prolongación de la trifulca entre los partidos políticos. El dilema se impuso a la insuficiencia numérica de las marcas territoriales y el desmarque del PSOE. Por tanto, Vox o repetición de elecciones. Todo lo demás, incluido el quimérico "gobierno en solitario" hubiera sido camino seguro hacia una legislatura fallida.

No es una buena noticia la entrada en el gobierno de Castilla y León de una fuerza política de ideas preconstitucionales, xenófobas y racistas. Pero de ninguna manera hemos de subestimar la capacidad y el propósito de la parte mayoritaria de la coalición (31 procuradores frente a 13) de frenar esos impulsos regresivos.

Nos invita el presidente en funciones de la Junta, Fernández Mañueco, a leer atentamente el acuerdo programático PP-Vox que guiará la gestión del nuevo gobierno en Castilla y León. Hecho. Solo una lectura sectaria de sus 11 "ejes" y 32 "acciones" nos llevaría a objetar su homologación con cualquier partido europeo de centro-derecha.

Sin embargo, los prejuicios se están llevando por delante el acercamiento racional y desapasionado a la situación creada como consecuencia del absurdo adelantamiento de las elecciones en la comunidad autónoma más extensa y despoblada de España.

En el pecado lleva la penitencia el PP. La avaricia de una mayoría absoluta rompió el saco de un gobierno de coalición con Ciudadanos para terminar en un gobierno de coalición con la extrema derecha. Un pan de obleas, que se dice. Pero el reproche no da para reclamar el fusilamiento político de Fernández Mañueco por haberse visto abocado a pactar con Vox en contra de su voluntad. Y mucho menos el de Núñez Feijóo, que aún está en la sala de espera como futuro líder nacional del PP.

El líder del PPE, la internacional conservadora de la UE, Donald Tusk, habla de "capitulación", en la esperanza de que solo sea un accidente, no una tendencia de la política española. Sus correligionarios españoles son los primeros interesados en frenar esa tendencia. Por la cuenta que les trae.