La lectura más primitiva sería «cómo andarán de sobrados Francia e Inglaterra que Griezmann y Kane 'hacen' de mediapuntas», pero la realidad es que Southgate y Deschamps han optado por ese 'falso 10' en las carnes de Harry y Antoine, tal vez los tipos con más sentido táctico en la segunda mitad del campo.
Salvando distancias y tomando como ejemplo los engranajes del Real Madrid, Kane es un Benzema a la inglesa y Griezmann, un Modric a la francesa. En los Spurs, Harry es el tipo que finiquita: suma ya 12 goles en 15 partidos y ya son casi 200 (195) en casi 300 (294). Sin embargo, en la selección dispone a su alrededor de un arsenal inmenso: Rashford, Sterling o Saka tienen una soberbia relación con el gol, por lo que 'Hurricane' se ha convertido en el arquitecto de la ofensiva.
El aparente 4-3-3 de los 'pross' es, 'de facto', un 4-4-2 con Kane 'enredando' en el mediocampo. Este es el motivo por el que Southgate ha optado por quitar a Mount para sacar a Henderson: no quiere dejar a Declan Rice como único mediocampista de contención si el punta baja a crear junto a Foden.
Deschamps, por el contrario, no tiene duda alguna. Su 4-3/3 es inamovible, pero Griezmann no pertenece al último «tres», sino al segundo. El jugador del Atlético es la piedra angular de su proyecto: lleva 71 encuentros consecutivos con Francia.
La suya es la posición del funambulista sin red: con Rabiot y Tchouaméni detrás y el tridente (Mbappé-Giroud-Dembélé) delante. La idea de Deschamps es la del técnico medio en estos tiempos del neo-fútbol: seis defienden y cuatro atacan… y todo debe ser fugaz. Y para que lo sea, debe haber 'dieces' que entiendan muy rápido a los jugadores de arriba.