La mortalidad por cáncer en Cuenca, por debajo de la media

Leo Cortijo
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El tumor de esófago incrementa la cifra de fallecidos y un escalón por debajo están los pulmonares, estomacales y colorrectales.

La mortalidad por cáncer en Cuenca, por debajo de la media

Por primera vez un estudio pone blanco sobre negro en torno a una de las enfermedades más dañinas. Investigadores de España y Portugal han publicado un atlas de mortalidad por cáncer en sendos países. Una iniciativa pionera al proporcionar una radiografía de la distribución espacial de los fallecimientos por municipios según los distintos tipos de tumor. En este sentido, analizados los más importantes, la conclusión fundamental que obtenemos –y lo hacemos de la mano del doctor Pablo Fernández, que ha liderado la investigación en España– es que la mortalidad por cáncer en Cuenca se mueve por debajo del promedio de los dos países peninsulares.

Ahora bien, según el mapa desarrollado por el Centro Nacional de Epidemiología del Instituto Carlos III y por el Instituto Nacional de Saúde Doutor Ricardo Jorge de Portugal, existen algunas diferencias territoriales reseñables dentro de la propia provincia conquense, dependiendo del tipo de cáncer sobre el que se ponga el foco.

Así, por ejemplo, el tumor en el que Cuenca eleva su cifra promedio de forma más consistente es el de esófago. Aunque lo hace por debajo de la media estatal, todo el territorio sube un escalón con respecto a otras variantes de la enfermedad. De hecho, algunas pocas zonas de La Mancha conquense registran incluso más defunciones, tal y como sucede también con el noreste de Ciudad Real y el sureste de Toledo. Con este órgano en concreto es con el único en el que sucede algo así, y aunque cualquier exceso de mortalidad es, por supuesto, reseñable, hay que ser conscientes de que son guarismos inferiores al promedio general del estudio.

La mortalidad por cáncer en Cuenca, por debajo de la media La mortalidad por cáncer en Cuenca, por debajo de la media

Un escalón por debajo se encuentran los tumores pulmonares, estomacales y colorrectales. Estos tienen una dispersión muy heterogénea en la provincia, aunque se deja notar un mayor incremento de los fallecimientos en la zona centro y en el sureste. Dentro de este grupo hay que destacar que en lo que atañe al cáncer de pulmón –a diferencia de los otros dos–, existe una zona de Castilla-La Mancha en la que la mortalidad se incrementa por encima del promedio peninsular, y es en gran parte de las provincias de Toledo y Ciudad Real. Allí los tonos verdes esperanzadores se tornan en rojos preocupantes.

Según esta investigación, en un nivel inferior se posicionan los tumores que afectan al páncreas –con especial incidencia en toda la provincia de Cuenca y en parte de la de Albacete respecto a los otros tres territorios de la comunidad– y el cáncer de mama, aunque en este caso la mortalidad es muy similar en toda la comunidad autónoma. En el furgón de cola de este triste escalafón viajan el cáncer de próstata y la leucemia, que resulta ser el menos mortal de todos.

Factores ambientales. El estudio de la distribución geográfica del riesgo de fallecer por cáncer es una de las herramientas que se usa en epidemiología para generar hipótesis sobre la posible implicación de factores ambientales en el origen de los tumores. En muchas ocasiones, la exposición a los factores ambientales no sigue los límites de las fronteras de los países. Por este motivo, los dos grupos de investigación –español y portugués–, decidieron hace años trabajar juntos para observar los patrones de mortalidad por cáncer compartidos entre las dos naciones. La publicación quiere servir de apoyo a profesionales sanitarios, investigadores y responsables políticos involucrados en la salud pública, y facilitar un estudio más profundo de las causas de los patrones de riesgo encontrados.