Todo está listo y preparado para que Horcajo de Santiago viva en primera persona, tras el año pasado marcado por las restricciones de la Covid, esta tradición arraigada entre los vecinos que data del siglo XVII. El Vítor –la procesión religiosa más larga de la humanidad– podrá celebrarse, pero lo hará bajo medidas y con varias decisiones tomadas por la Comisión y el Ayuntamiento que buscan evitar posibles contagios. 

La más significativa se producirá con el Canto de la Salve a la Inmaculada Concepción, que se produce a las ocho de la tarde del martes. No habrá aglomeraciones en el interior de la iglesia, por lo que se cantará en el exterior y podrá seguirse a través de unas pantallas grandes. Otra de las novedades, indica la alcaldesa, María Roldán, es que el estandarte saldrá de la sacristía a manos del cura párroco de la localidad, Alfonso, que será el encargado de trasladarlo hasta la puerta del Sol, donde los tres portadores estarán prestos para recogerlo e iniciar el desfile a caballo. Otra de las novedades, apunta Roldán, es que este año, por primera vez, una portadora de borla es mujer y sustituye a su padre que fue el que se apuntó a la lista. Durante la procesión, que concluye cerca de 24 horas después, se realizarán varias quemas de fuegos artificiales.