«La despoblación se debe a que desaparecen las oportunidades»

Manu Reina
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El secretario general de Asaja Cuenca, Manuel Torrero, ensalza el trabajo del campo, pero además critica la toma de decisiones por parte de las Administraciones y denuncia las exigencias a las que se exponen los agricultores en su ejercicio laboral

Manuel Torrero, secretario general de Asaja Cuenca - Foto: Reyes Martínez

Las diferencias entre el campo y las Administraciones no cesan. Es una realidad que se viene repitiendo desde hace muchos años. Las últimas manifestaciones, el nuevo panorama de trabajo con la entrada en vigor de la reforma laboral, el impacto medioambiental, las políticas de cómo usar el agua y las directrices de la Política Agrícola Común (PAC) son algunas de las cuestiones que impiden que tanto agricultores como burócratas acerquen posturas. Y es que existen diferencias entre ambos a la hora de entender cómo se debe trabajar una explotación. El secretario general de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) de Cuenca, Manuel Torrero, ensalza el trabajo del campo y subraya su importancia en la vida, pero además critica la toma de decisiones por parte de las Administraciones y denuncia las complicaciones y exigencias a las que se exponen los agricultores en su ejercicio laboral. 

Los últimos meses no han sido fáciles para el sector agrario. ¿En qué situación se encuentra ahora?

La verdad es que tenemos una situación muy cambiante respecto a la pandemia porque en aquella época los trabajadores del sector agrario eran los héroes. Pero ahora hemos vuelto a la triste realidad de que el sector agrario se vuelve a convertir en el objetivo de todas las políticas ambientales que desde la Unión Europea, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y la consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, a través de sus políticas y su normativa, están poniendo en marcha. La pandemia y la situación general generada por la crisis de Ucrania deberían hacer hecho recapacitar a las diferentes Administraciones que legislan sobre el campo. Y es que el sector primario es muy importante. Nosotros seguimos trabajando pese a las numerosas limitaciones que existen y que nos complican el día a día. Estamos en un momento donde van a empezar muchas cosechas y tenemos que ocuparnos de ello.

Por desgracia, la invasión de Ucrania sigue siguiendo una realidad. ¿De qué manera afecta al sector?

Lamentablemente, la situación de Ucrania hubiera sido una gran oportunidad para la clase política. Podrían haberse dado cuenta de las consecuencias de las políticas agrarias que sólo consideran cuestiones ambientales. Creo que esto pone en evidencia la dependencia que tenemos del exterior. El abandono de la soberanía alimentaria en la Unión Europea es un problema muy grave. Pero no creo que pongan soluciones. Las tendencias de la PAC que van dirigidas en España a reducir la productividad a favor de criterios ambientales cuestionables, no corresponde a las principios de la PAC, que decía que el agricultor tenía que orientarse al mercado. Decimos una cosa y hacemos lo contrario. 

¿Los agricultores están preparados para las exigencias que pide la PAC?

La Comisión de la Unión Europea y el Ministerio no son conscientes de los retos y las dificultades que van a implantar en el campo de la región. No hay que olvidar que España es el país que más va a sufrir los efectos de la desertificación. Es el que más va a sufrir esa disminución de precipitaciones, con lo cual, además de eso, le añadimos las condiciones ambientales, que tienden siempre a limitar la capacidad productiva. No han valorado el daño que se le va a hacer al campo de la región. Además creo que España, que es un país inmenso en agricultura, debería tener una PAC con cuestiones ambientales diferentes a las que pueden tener los países del centro de Europa. Y es que en los países centroeuropeos, las producciones son mayores y el rendimiento es mayor, por lo que es más fácil amortiguar los efectos que puede generar una limitación medioambiental o dejar de cultivar. Creo que la agricultura centroeuropea está más preparada que la nuestra para soportar este tipo de presiones medioambientales. Habría que lanzar un mensaje contundente a la Comisión y el Ministerio para que recapaciten si estos compromisos medioambientales que quieren imponernos con la nueva PAC van en beneficio del medio ambiente y del agricultor. Tienen que pensar si compensan los costes que le produce a los agricultores esas restricciones.

El Plan de Cuenca del Tajo parece que no convence a todos. ¿Pueden generarse discrepancias entre agricultores de una comunidad y otra?

Hay que acordarse de las cosas para ver el problema. La limitación del uso del agua no sólo de la cuenca del Tajo, sino también del Júcar, Segura, Guadalquivir o Guadiana van en línea de que son limitaciones que tiene el campo español, pero que no tiene el europeo. Al final el medioambientalismo de moqueta o el ecologismo de laboratorio lo único que pretende es limitar. Además, la Administración atiende ese mensaje. Sólo nos quedan las vías jurídicas para intentar ir contra de este tipo de medidas. El problema del campo murciano es el mismo que el nuestro. Al final yo no sé realmente que van a hacer con el agua. La cuestión es que cada vez tenemos más limitaciones para tener agua. Y es que no existe un convencimiento político que nos haga pensar que realmente la clase política quiere que haya agua en el campo e infraestructuras. Creo que la clave en el futuro de la agricultura en la región pasa por la concienciación de la importancia del uso del agua en la agricultura. Los regantes me preocupan. Pero los que más me preocupan son los que no pueden regar. 

Ante este panorama, ¿el sector tiene en mente hacer más tractoradas?

De momento no. Ahora mismo estamos inmersos en plenas campañas agrícolas de recogida, como por ejemplo, la del ajo, que va a empezar con carácter inminente. En unas semanas empezará además la recogida de distintos tipos de cereales. Ahora mismo el agricultor esta más centrado en sacar adelante sus cosechas que, quizás, en ser convocado en una manifestación. Tenemos que ser coherentes también y no podemos arrastrar a un agricultor a que deje su actividad en una época tan importante para todos nosotros. Habrá tiempo y habrá que reconstruir la tabla reivindicativa. Además seguiremos en la calle para reclamar mejores condiciones para el campo, concretamente en un panorama donde necesitamos mejoras en el ámbito social, económico y laboral. 

La nueva reforma laboral no contenta al sector agrario. ¿Por qué y qué soluciones plantean?

Estamos muy preocupados por la situación del mercado laboral. Preocupados por la dificultad de encontrar mano de obra para desarrollar la campaña con éxito. Además, se va a poner en evidencia dentro de unos días la reforma laboral, que sólo ha servido para modificar una estadística de traspasos de contratos temporales a contratos fijos. El prejuicio al campo va a ser grande. Y es que aparte de las dificultades para establecer contratos como antes se hacía, ahora nos encontramos que desde la Secretaría de Estado se dice una cosa y desde la Inspección de Trabajo otra distinta. La Secretaria de Estado dice que se pueda habilitar contratos temporales, pero la Inspección dice que no. Al final la que sanciona es la Inspección de Trabajo y nos va a forzar a llevar a los agricultores a situaciones que no son las mejores. Todo ello sumado a una falta de mano de obra en las explotaciones, que nos dificulta poder llevar a cabo con éxito las campañas. La situación es preocupante. Además denunciamos que cuando contratamos nosotros a un extranjero debemos ser nosotros mismos quienes comprobemos que tiene papeles y está legalizada esa persona. Consideramos que ese trámite tiene que hacerlo un agente de los Cuerpos de Seguridad y Fuerzas del Estado. Nosotros no podemos estar comprobando si tiene o no los papeles en regla, además de que son documentos que son fáciles de falsear. 

Una de las plantas más codiciadas ahora es el girasol. ¿Qué futuro le depara a esta especie en la provincia? 

Cuenca es la provincia que más superficie dedica al cultivo del girasol, pero no es la que más produce. En la provincia podemos estar aumentando la superficie respecto al año pasado en unas 10.000 hectáreas aproximadamente debido a que se va a usar superficie de barbecho para incrementar el cultivo de esta planta. La guerra en Ucrania ha puesto de manifiesto que tenemos que cultivar y no depender del exterior. En Cuenca hay declaradas 85.000 hectáreas de barbecho y se ha dejado mucha superficie sin sembrar, pero fundamentalmente por dos motivos. Primero porque hay muchas zonas con daños de caza mayor en las que ya se ha abandonado el cultivo del girasol y luego porque las tierras en barbecho no suelen ser las más productivas, con lo cual el rendimiento esperado no es el mismo. Aún así, sí que habrá un aumento de las hectáreas de girasol. 

Las plagas de conejos generan grandes pérdidas. ¿Qué soluciones plantean ante los daños que provocan?

El agricultor, ante la falta de eficacia de las medidas impuestas por la Administración, tiene que decidir no establecer cultivos en ciertas zonas porque sabe que se van a convertir en alimentación animal. Tienen que poner en marcha medidas efectivas por parte de la Administración para intentar paliar estos problemas porque al final va a haber mucha superficie en la provincia de Cuenca donde no se vaya a cultivar. Hay que ponerse y remangarse de una vez por todas, ya que llevamos cerca de diez años con estos problemas. Aún no se le ve la solución. Incluso ahora tenemos una Administración cada vez mas reacia a establecer mecanismos de emergencia para intentar ofrecer herramientas para controlar.

¿El emprendimiento rural qué salud tiene? 

Hay proyectos muy interesantes de muchos jóvenes que están haciendo  cosas nuevas y diferentes. También hay mucho relevo en la continuidad de la explotación, que realmente es a lo que nosotros más nos preocupa. No sabemos cuánto tiempo puede aguantar la situación actual. Cultivo de secano, producciones y explotaciones en riesgo o las exigencias de la PAC, entre otras limitaciones, ponen en jaque al sector y es que no sé cuanto tiempo podrá aguantar una explotación agraria siendo rentable. Por eso la Administración tiene que ser conscientes que todas las restricciones que se están poniendo con carácter medioambiental desde Europa van a hacer un daño irreparable en el campo. La situación cada vez es más complicada y el relevo generacional puede que en un tiempo llegue a su fin porque no sea rentable el campo.

Por último. ¿Cree que la ciudadanía es consciente de la importancia del campo?

En absoluto. Históricamente no se le ha dado la importancia al sector primario que realmente tiene. Se le da mas razón al que dice que quiere conservar el Medio Ambiente, a coste de dejarlo vacío, que a aquel que vive en el campo. La despoblación se produce porque desaparecen las oportunidades en el campo. Cuantas mas limitaciones pongas en el campo pues menos gente vas a dejar en el campo. Con las políticas que están llevando a cabo cada vez habrá menos gente en el campo. Así de sencillo. No tiene más interpretación. Si quieres que la gente de la ciudad se vaya a vivir al campo tienes que hacer una cosa diferente. Cuantas más trabas pongas menos gente va a quedar en el mundo rural.