Las empresas auguran un futuro "muy oscuro"

Leo Cortijo
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El presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, que visitó Cuenca para asistir a la asamblea general de la Confederación Española de Jóvenes Empresarios, defiende que "es momento de unirnos y apretarnos el cinturón todos: trabajadores, empresas y Estado".

Las empresas auguran un futuro "muy oscuro" - Foto: Reyes Martínez

Pintan bastos para la pequeña y mediana empresa. "De seguir con esta escalada de precios y de presión fiscal, el futuro será muy oscuro". En estos términos se expresó el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, que este jueves visitó Cuenca para asistir a la asamblea general de la Confederación Española de Jóvenes Empresarios. Es más, considera que si no se sitúa "de verdad" a las compañías en el centro de las políticas por parte de los diferentes gobiernos, "el desgraciado final será la desaparición".

Cuerva dibujó un complejo escenario en el que se "suman" los distintos hándicaps que aprietan la soga del pequeño y mediano empresario. El más grave de todos esos problemas, hoy por hoy, es la inflación, que "viene para hacer daño". "La considero la madre del paro y es la ladrona del esfuerzo y el ahorro", comentó. El máximo responsable de Cepyme recalcó que el coste de la vida se ha "disparado" desde la invasión de Ucrania y que eso ha generado una ruptura de las cadenas de suministro, lo que a su vez lastra la actividad de la propia empresa: "Se estrecha el margen que tenemos y eso va en contra de la competitividad".

La manera de combatirla es "conjuntamente", por eso "es momento de unirnos y apretarnos el cinturón todos: trabajadores, empresas y el propio Estado". Una "grave situación" y "crítica para el futuro de España" que le hace "huir de triunfalismos" y que hace más grande la herida en el tortuoso camino desde el estallido de la pandemia, pues los empresarios "veníamos hipotecados" por las difíciles restricciones a las que obligó el coronavirus, lo que a su vez generó sobreendeudamiento. Además, añadió, "las pymes españolas no han tenido las compensaciones que han tenido otras empresas en otros estadios miembros".

Unos postulados que Cuerva defendió sujetándose a los principales indicadores económicos, empezando por las previsiones del propio Gobierno, que cifraba en más de un siete por ciento el crecimiento previsto para este año y ya lo ha reducido a un 4,3. Circunstancia que se suma al jarro de agua fría que ha vertido en las últimas horas la OCDE, que asegura que España no crecerá por encima del 4,1 por ciento. De ahí que el capitán del barco de las pequeñas y medianas empresas lance un aviso a navegantes: "Ojo a incrementar precios y ojo a incrementar de forma desmesurada salarios" sin que haya un aumento de la actividad.

Con estos mimbres, desde Cepyme le piden al Gobierno que "aporte su granito de arena" con el fin de poner coto al "difícil problema" de la inflación. "El estado español ha de coger la senda de la eficiencia y de apoyar a la empresa porque de esa manera apoyará al trabajador y a la sociedad", subrayó Cuerva, pues "el Estado de Bienestar nace de la actividad privada y si ésta sufre, sufre el primero". Así todo, "en la situación económica en la que se encuentran las empresas", dijo, "no cabe un incremento de presión fiscal como el que se plantea para el próximo año" ni tampoco cabe "esa presión sobre los salarios".

El progreso de la sociedad "viene ligado" de la mano de las compañías, recalcó por último en relación al problema particular de Cuenca con la despoblación, y es que "la única manera de ayudar a que los espacios no se despueblen es manteniendo las empresas".

"Bajarse al barro". El presidente de la Confederación Española de Jóvenes Empresarios, Fermín Albaladejo, se mostró "orgulloso" de celebrar en Cuenca la asamblea general y la primera convención de este colectivo, a la que asistieron más de 150 personas provenientes de todos los rincones de España para "hablar y debatir sobre las políticas que se pueden llevar a cabo" para mitigar el duro golpe de la crisis, y es que los empresarios más jóvenes "también las sufrimos". En este capítulo, argumentó, "las empresas lo estamos pasando mal y eso repercute en que los trabajadores también lo pasen mal". Por tanto, "es importante que las políticas activas se basen en escuchar a los empresarios y en bajarse al barro".

Por su parte, el máximo responsable de AJE Castilla-La Mancha, el conquense Javier Redondo, se mostró entusiasmado porque "por primera vez en la historia" se haya podido reunir en la ciudad de las Casas Colgadas a las directivas locales y regionales de todo el país. El objetivo era que Cuenca fuera, "por una vez, la capital del futuro empresarial de nuestro país". Un encuentro que sirvió para "compartir proyectos y expectativas, generar equipo, fortalecer el asociacionismo y hablar del momento actual tan duro y de lo que está por venir para, entre todos, conseguir una atmósfera perfecta para crear riqueza y empleo".