Así es una inspección policial a un salón de juego

Leo Cortijo
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La Brigada de Policía Judicial de Cuenca visita, "como mínimo", una vez al mes a cada uno de los salones de juego que hay en la provincia, tal y como asegura el inspector jefe Joaquín Duque

Así es una inspección policial a un salón de juego - Foto: Reyes MartÁ­nez

Entre las funciones de la Brigada de Policía Judicial de Cuenca se encuentra la de controlar los juegos de azar, apoyados también por la Brigada de Seguridad Ciudadana. Un servicio que se lleva a cabo desde la comisaría conquense desde hace casi dos años, pues antes estaba centralizado y se realizaba desde Madrid. Joaquín Duque es el inspector jefe de esa Brigada y el responsable de las inspecciones que se efectúan, «que como mínimo es una por local al mes, aunque hay ocasiones en las que los visitamos dos y tres veces», explica a La Tribuna. Y todo contando con que también tienen que desplazarse hasta los siete pueblos de la provincia en los que hay establecimientos de este tipo: Tarancón, Honrubia, Mota del Cuervo, Las Pedroñeras, Quintanar del Rey, San Clemente y Motilla del Palancar.

El modus operandi de la Policía en cualquiera de estas inspecciones sigue, por norma general, el mismo patrón. El punto de partida es que el negocio esté sujeto a la normativa vigente que le regula, la Ley 2/2013, de 25 de abril, del juego y las apuestas de Castilla-La Mancha. Partiendo de esta base, lo primero, según explica Duque, es que «tengan la autorización para ejercer esa actividad», que además tiene que ser visible a los clientes. Como también lo deben ser sendos carteles que indiquen claramente la prohibición de entrada a menores de edad, así como el aviso de que el juego abusivo produce adicción y ludopatía.

Ahora bien, «lo más importante» de la inspección es que la zona de admisión de clientes funcione correctamente. «Es ahí donde todos los usuarios se tienen que identificar y es como se controla que no pasen ni menores de edad ni personas que estén inscritas en el Registro General de Interdicciones de Acceso al Juego», argumenta Duque. El año pasado formalizaron varias actas de infracción en este sentido, y hay que recordar que se trata de infracciones graves, cuya sanción oscila entre 3.001 y 6.000 euros, además de otras medidas como el cierre provisional del salón hasta un año. Comprobado esto, se aseguran de que es cierto pidiendo la documentación a los clientes que en ese momento hay en el local. «Todo el que esté en el salón tiene que estar perfectamente identificado», recalca el inspector jefe.

Asimismo, también tienen en cuenta que todas las máquinas de juego disponen de la documentación pertinente, que consiste en una autorización de explotación y una declaración responsable del emplazamiento. Como última actuación, comprueban las medidas de seguridad del local, como que las salidas de emergencia estén bien señaladas o que dispongan de extintores.