Jesús Fuentes

ÁNGULOS INVERTIDOS

Jesús Fuentes


La guerra que nunca fue guerra

11/11/2022

Al Trasvase de agua del Tajo a Levante y al Sur en algunas ocasiones, cuando débilmente se exigía el final de una obra tan injusta como improcedente, se le llamó guerra. Pero nunca fue una guerra, sino el expolio de unos recursos naturales que en siglos anteriores se consideraron excedentes. Y como si el tiempo no hubiera transcurrido, el mundo no se hubiera transformado y el cambio climático no fuera el anuncio de desajustes catastróficos, la señora Cospedal renovó el acuerdo de explotación de esos recursos naturales con Murcia y anunció pontificando el final de 'la guerra del agua'. Así se presentaba como una heroína de cómic que terminaba una guerra que en realidad era la explotación de recursos naturales.
Los actuales dirigentes del PP,  con el señor Núñez a la cabeza, han mantenido la visión de que cualquier intento legítimo de acabar con un trasvase estrambótico es una guerra. Eso también lo sostienen algunos agricultores de la Región, precisamente los que más exigen para que su situación mejore. El señor Núñez ha retomado el acuerdo humillante de la señora Cospedal con Levante y así mismo se postula como héroe  de charanga  de una guerra que nunca fue guerra. Tampoco para el PP de la Región y para el señor Núñez ha transcurrido el tiempo, ha evolucionado el mundo y el cambio climático no nos amenaza con el incremento de sequías interminables.
Si alguna vez se han preguntado por qué los países  pobres, las gentes  pobres, son incapaces de superar sus condiciones de pobreza, en esta denominada guerra que nunca fue guerra encontrarán la explicación cercana. Siempre hay gentes que eligen sus intereses privados a la prosperidad de la mayoría. Ignoran, o no saben, que el progreso es el resultado de la acción colectiva, empleando sus recursos naturales para ponerlos al servicio del crecimiento de la comunidad. Cuanto más rico sean lo territorios más lo serán sus ciudadanos. Y cuanto mejor sepan aprovechar sus recursos naturales, mas prosperarán. El PP rompió hace tiempo esa dinámica y por eso prefirió llamar guerra a lo que siempre fue un proyecto absurdo de traslado de unos recursos naturales a otros lugares para que ellos crecieran en lugar de quienes debían disponer de tales recursos. Pura explotación ajena.