«Las Leyes de Burgos eran de trato igualitario para el nativo»

V.M.
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El historiador y cronista de la ciudad, Miguel Romero Saiz, presentó en el Centro Cultural Aguirre, su última obra, 'Caballeros de conquista... y mujeres de armas tomar'

El cronista oficial de la ciudad, Miguel Romero Saiz, ojea un ejemplar de su última obra, 'Caballeros de conquista... y mujeres de armas tomar'. - Foto: Reyes Martínez

La última obra de investigación del historiador conquense Miguel Romero Saiz, indaga en la génesis y evolución de la conquista del Nuevo Continente por el Imperio español. 

 Una nueva obra que se adentra en la conquista y colonización de los territorios de ultramar, ¿en qué aspectos incide especialmente? 

Es mi último libro sacado a la luz, en este caso como apuesta de la prestigiosa editorial EDAF, y sobre un tema controvertido en los últimos tiempos, pero necesitado de revisión desde una óptica más moderna, vanguardista cuando pretendemos abordar aspectos del pasado dentro de estas premisas de globalización en que estamos inmersos. Los aspectos que pueden resultar más innovadores en una cuestión tratada por numerosos investigadores e historiadores, está en el enfoque pretendido, desde esa óptica revisionista que requiere unos ojos del siglo XXI frente a la retrógrada visión del siglo XIX. Recalcar, entre contenidos didácticos, las premisas del proyecto americano, de la conquista -palabra siempre hiriente- y colonización -término confundido con colonialismo-, sin olvidar la casuística que el «error colombino» produjo.

Este período crucial de la historia de España arroja luces y sombras, ¿qué balance hace como investigador? 

Sin duda, como todo periodo histórico de nuestro pasado, tanto europeo como americano u oriental, arroja luces y sombras, que sin duda, es parte necesaria para poder entender en su amplitud objetiva, muchos de los acontecimientos sobrevenidos. Como siempre hemos dicho, quienes nos dedicamos a la docencia histórica, tenemos que ponernos en la mentalidad del momento para entender sus razonamientos y hechos, algo que no es posible, por eso, valorar y si cabe criticar, gestiones, sucesos o toma de decisiones de una sociedad cinco siglos atrás, es un batalla perdida. Yo creo que aquellos reyes, marineros, gestores de comercio o simplemente colonos, fueron en la búsqueda de esos nuevos caminos y tierras donde poder establecer su vida o iniciar una nueva etapa. El riesgo mortal que asumían al subirse a naves sin ser marineros la mayor parte de ellos, para recorrer unas aguas desconocidas, sin camino decidido y a la «buena de Dios», fue asumido porque su mentalidad y la exigencia de su vida, lo provocaba. Mi balance es positivo, entendiendo el valor que supuso conocer nuevas civilizaciones, afrontar retos en los descubrimientos geográficos que extendió una cultura que fijaba sus límites en la Escolástica y el Renacimiento.

¿No encuentra paradójico que algunos historiadores anglosajones cuestionen los métodos de la conquista española conociendo el exterminio de los pueblos nativos que se produjo en América del Norte? 

Por supuesto que lo veo, no solo paradójico, sino hipócrita. Los anglosajones fueron y siguen siendo colonialistas en el más puro concepto del término. Es decir, explotadores al máximo de todo cuanto encuentran a su paso, sea esclavitud como explotación comercial y cultural y a eso se le llama colonialismo con todas las letras. En cambio los españoles y portugueses iniciaron su periplo en busca de nuevas rutas comerciales, pero también en busca de nuevos territorios desconocidos para extender la cultura que asumían, tanto en la base del desarrollo cultural y social, como del religioso, a veces, expeditivo y riguroso en su tratamiento. A esto, se le llama colonizar, porque cierto es que hay explotación comercial y económica, pero también hay ayuda en el conocimiento cultural, mestizaje, extensión del conocimiento, propuesta de nuevos emplazamiento y carácter de independencia para la búsqueda de su identidad. 

Esa conquista en nuestro caso sí produjo un fenómeno extendido de mestizaje e incluso hubo legislación para salvaguardar a los indígenas...

Sí, ya lo he comentado anteriormente, España concretamente apoyó el mestizaje, y de hecho así se consolidó en el tratamiento de la ciudadanía y la igualdad social. Pero sobre todo, las Leyes de Burgos, firmadas por los Reyes de España, eran de trato igualatorio, de apoyo al nativo a la hora de tener los derechos y deberes establecidos. Otra cosa sería su aplicación por quienes allí regentaban territorios, fueran de la administración real o de las haciendas privadas. Esa razón llevó a muchas personas a denunciar el maltrato y la mala aplicación de las leyes en territorios que estaban tan distantes.

 En la obra se aproxima a nombres muy populares de conquistadores, pero también se centra en mujeres como Inés Suárez o Francisca Enríquez, ¿figuras a reivindicar?

En cualquier obra que se precie cuando tratamos la conquista y colonización del continente americano, no puedes dejar de enunciar a personajes claves en su desarrollo, tales como Pizarro, Hernán Cortés, Magallanes o Elcano, pero aquí yo he querido tratar esos otros cuya importancia fue tan grande como los universales y sin embargo, no han sido lo suficientemente tratados en los libros de investigación. Pero no solo me he referido a ellos, sino que un aporte importantísimo y diferente en este trabajo que saco a la luz, es el tratamiento en el papel de la mujer, muchas y poco conocidas, que tanto llevaron a cabo en aquellas tierras. Las hubo como administradoras, almirantes, fundadoras de ciudades y conventos, descubridores de nuevos inventos, militares, heroínas, religiosas e incluso, empresarias de flotas. En definitiva he querido reivindicar el papel de segundones en hombres, pero sobre todo, de la mujer en aquel proceso complejo que generó un antes y un después en el conocimiento del mundo, a través del descubrimiento de América.

 ¿Algún nombre destacado que procediera de nuestra provincia?  

Claro que sí, por ejemplo el conocido capitán Alonso de Ojeda, nacido en Torrejoncillo del Rey, uno de los más ilustres hombres de armas que tanta influencia tendría en la América Central del nuevo continente; también puede mencionarse a Juan de Cavallón, fundador de Garcimuñoz en Costa Rica o Juan de Saavedra el fundador de Valparaíso en Chile, sin olvidar a los conquistadores y gobernadores de Chile en su lucha contra los araucanos y que eran nacidos en Cuenca. Fueron también virreyes de Perú: los Hurtado de Mendoza; y tal vez, uno menos conocido todavía, el conquense Juan Pardo que llegó hasta Carolina y allí fundó la ciudad de Cuenca, no obstante mucho muchos más, menos importantes en su dirección e indispensables en su ejercicio de vida: agricultores, religiosos, mineros, ganaderos, hombres de armas... que acompañaron a los marqueses de Cañete en sus recorridos.

¿Trabaja en algún proyecto nuevo de investigación?

Aparte de intentar enseñar la historia de Cuenca en mis talleres de conferencias, año tras año, sigo profundizando en temas que considero fundamentales o interesantes para el conocimiento de nuestro pasado. Ahora, me encuentro en una nueva petición de la editorial para sacar adelante una relación de hechos históricos, curiosos y singulares de nuestra historia. Además, una novela de suspense verá la luz este verano y estoy inmerso en dos proyectos encargados para conmemorar hechos trascendentes de actualidad. Por otro lado, mi labor en la gestión cultural es infinita, sobre todo, por la cantidad de propuestas que recibo y que, en gran parte, asumo. Sin olvidar que mi labor de cronista oficial de la ciudad de Cuenca me obliga, moralmente, a atender las demandas municipales en aquellos trabajos de homenajes, ferias, hermanamientos o fiestas.