Los eventos navideños en la hostelería serán "menos rentables"

Leo Cortijo
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El sector cree que hay «normalidad absoluta» en cuanto al número de comidas y cenas de Navidad, pero que sus márgenes se estrechan por los «brutales» costes que tienen.

Los eventos navideños en la hostelería serán "menos rentables" - Foto: Isabel García

Llega ese momento del año en el que toca adornar la casa con un sinfín de llamativos ornamentos, con el árbol y el Belén como punta de lanza. Llega ese momento del año en el que miramos a nuestra cartera y comprobamos que nos hemos superado a nosotros mismos acumulado una docena de décimos y otras tantas participaciones para probar suerte en la lotería más importante. Llega ese momento del año en el que nos escudriñamos la cabeza para encontrar el regalo ideal y más sorprendente para nuestro hermano, madre o pareja. Llega ese momento del año en el que compramos dulces típicos como si no hubiera un mañana para endulzar cualquier sobremesa. Y también llega ese momento del año en el que la agenda de compromisos se desborda con comidas y cenas con amigos, familiares y compañeros de trabajo. Sí, llega la Navidad que, por cierto, cada año se adelanta un poco más en el tiempo.

La hostelería, sector capital en la economía conquense, vela armas ante uno de los picos de actividad más importantes de cuantos conoce. De hecho, ya ha empezado a despachar los primeros encargos en este sentido. Y es que esa es la primera conclusión que sacamos al respecto: «La gente adelanta sus eventos para que no se le junten todos y también por la posibilidad de no encontrar espacio más adelante». Así lo pone de manifiesto el secretario de la Agrupación de Hostelería y Turismo, Diego López, que lo celebra porque noviembre «no es tradicionalmente un mes bueno» para el sector, por lo que «todo lo que sea adelantar trabajo es positivo». Una demanda, ojo, sostenida en el tiempo y constante en las cifras.

De ahí parte la segunda conclusión y, seguramente, la más importante. A pesar del encarecimiento generalizado del coste de la vida y que ese incómodo compañero de viaje llamado inflación se empeñe en no bajarse del coche, hay «normalidad absoluta» en cuanto a la demanda. «Teníamos cierto miedo o incertidumbre sobre qué podía pasar por la subida de los precios y por todo lo que está pasando con la energía, pero el 'tirón' navideño se mantiene, no vemos que haya bajado respecto a un año normal», argumenta López. Es más, sentencia, «hace unos meses no pensábamos que la cosa pudiera estar así».

Hasta aquí, todo sorprendentemente positivo a juzgar por las palabras del secretario de la Agrupación. Ahora bien, no es oro todo lo que reluce, pues a pesar de que la demanda sea «muy similar» a la de un año sin tantos avatares, la rentabilidad «ha bajado muchísimo». «Estamos soportando unos costes brutales y ese es el mayor problema que tenemos», apunta esta voz autorizada del sector para explicar que aunque hayan subido «en cierta medida» los precios de sus productos, no lo han hecho «al mismo nivel» que han aumentado sus costes, ya que de lo contrario «se desplomaría la demanda».

Márgenes «estrechos». Calcular cuánto han disminuido los márgenes de beneficio en el sector es «muy complicado», ya que «depende mucho» del tipo de negocio. «No es lo mismo un bar que un local de ocio nocturno», destaca López, e incluso entre los propios restaurantes «hay muchas diferencias». Lo que sí está claro es que las ganancias han caído «mucho» de forma «generalizada» y algunos empresarios del ramo lo sufren más que otros. «Trabajas por unos beneficios a veces muy exiguos; la buena noticia es que al menos sigues trabajando», remata al respecto.

Esa «tormenta perfecta» que les ahoga no solo tiene que ver con el encarecimiento de las tarifas de la luz o del gas, que han multiplicado por dos y por tres sus recibos, o con la subida del precio de las materias primas, también viene propiciada por el ascenso de los impuestos, como «los seguros sociales o la tasa de basuras», ejemplifica López. «Se han juntado varios aspectos para que esto sea un auténtico infierno», exclama de forma tajante.

En cuanto al posible cambio de tendencia en los clientes, subraya que «nadie deja de hacer cenas y comidas, aunque sí las amolda a su capacidad económica». Es decir, la subida de los precios no ha frenado la demanda, aunque sí el tipo de consumo que se realiza en relación a estos eventos navideños. El secretario de la Agrupación Provincial de Hostelería y Turismo destaca que, en parte, «siempre ha sido así», y que esto ha dependido «mucho» del nivel adquisitivo y del rango de edad de los clientes. «Hay gente que no mira el precio y otros que sí, y aunque cada uno se amolda a lo que puede, todos participan», finaliza.

 

Nacho Villanueva, Recreo Peral: «El cliente quiere precio fijado y no sorpresas al final»

Nacho Villanueva, propietario del restaurante Recreo Peral, es una de las voces más autorizadas a la hora de valorar la evolución de los eventos navideños en los últimos años, ahora condicionados por la coyuntura económica. Considera que la demanda, en cuanto a cantidad, «es la misma» que otras temporadas, pero el margen de beneficios «se ha reducido muchísimo por los gastos fijos que tenemos, especialmente los energéticos». Dicho esto, observa un matiz en los clientes que no se daba en tanta medida antes de esta situación: a la hora de pedir presupuesto, «antes condicionaban con la inclusión de una copa, por ejemplo, pero ahora vienen directamente con el precio fijado». «Algunos más altos y otros más bajos», argumenta, «pero lo que no quieren es que se les vaya el precio... La gente –que cada vez abre más el abanico de fechas– quiere saber lo que se va a gastar».

Jesús Segura, Trivio: «Hay momentos en los que ahora se pisa el freno»

En Trivio, uno de los restaurantes más punteros de la geografía regional, preparan menús especiales de Navidad. Unos menús, por cierto, que en pocos días ya tienen los primeros 'degustadores'. Los eventos navideños se adelantan en el tiempo y los empresarios del sector actúan en consecuencia... Lógico dentro de un mercado en el que la demanda es «muy similar» a la de cualquier otro año, aunque la gente ahora «está apretando un poquito más». En los menús de Navidad, en tanto y cuanto acuden grupos numerosos y a veces muy heterogéneos de personas, se tiende a «negociar» la inclusión de un plato u otro o establecer un precio u otro, por ejemplo. Con eso cuenta el chef Jesús Segura porque es algo «intrínseco» de las cenas de Navidad. La compleja situación se nota sobre todo «a la hora de pedir el vino», y es que «hay algunos momentos en los que ahora se pisa el freno»