La lotería cayó ayer muy repartida como la ómicron, entre Doña Lola y La Caprichosa, las dos administraciones más céntricas de Toledo. A nosotros no nos tocó nada, salvo una botella de sidra que nos dieron los muchachos de La Caprichosa. Rodrigo, su dueño, entre lágrimas reconocía que había sido un año durísimo. Una calle, la del Comercio, de estar atestada de gente, a ver la vida en silencio, con una silla de enea a la puerta igual que en los pueblos. Es lo que ha traído la pandemia, de la que aún hoy no nos hemos recuperado. Mañana es Nochebuena y los presidentes autonómicos juegan a la pajita más larga, para ver quién es el guapo que sale a decir esto y aquello. El más listo, como siempre, Sánchez. Espejito, espejito, ¿hay algún presidente más alto y guapo que yo? Y no lo hay, ciertamente no lo hay. Es el Juan Cuesta de esta nuestra comunidad, en la que nos tiramos huevos unos a otros.
La ómicron ha puesto otra vez las vergüenzas al aire. Es como si una ráfaga de aire hubiese venido de súbito y nos hubiera levantado las faldas sin bragas. Qué maravilla y qué portento de gobernación. Sánchez pasa la bola, no vaya a ser que le explote y joda de verdad el espejito mágico. Casado no se entera, porque si lo hiciese ya le había dado el cambiazo con Ayuso. Pero no insistiremos en las mismas cosas, que luego nos llaman tozudos. Casado es el gran líder de la oposición que sacará a Pedro de la Moncloa. Hace campaña por Buenos Aires y Uruguay, que hay muchos votos en disputa y adelanta las elecciones en Mañueco y León. Ni Mañueco ni León se van a salir con la suya. Doña Urraca respira por las barbas del rey Don Sancho.
Nos vamos a cenar en Nochebuena y en lugar de jugarnos al bingo quién friega los platos, vamos a determinar quién se pone la FPP2 antes de abrir el balcón y la ventana de par en par. Este año estoy por cantar villancicos desde la calle y montar un portal de belén en el parque, no vaya a ser que a San José le entre la ómicron y lo tengamos que confinar. Melchor va a llegar de chiripa, pues ha sido contacto directo de Baltasara, que no sabemos quién es ni nos interesa por no crear conflicto, pero ha dado positivo. Medio belén confinado y con PCR. El caganet tiene un antígeno dudoso y no sabemos qué hacer con él. Así no hay quien pele langostinos esta Nochebuena. A la mula le han metido un palo por la nariz.
La previsión de este gobierno se estudiará en las universidades económicas del mundo. Nos ha vuelto a pasar lo que en marzo del 20. Media Europa se asfixiaba con la ómicron, pero aquí somos los reyes del mambo que cantan canciones de amor. No pasa nada, tenemos a Sánchez en la Moncloa y si no, en el Falcon. Qué hombre, qué cabeza, qué líder… Desde Fernando VII no se vio una cosa igual… Marchemos todos juntos por la senda de la vacunación y yo el primero. Así no hay nada que temer. Nada te turbe, nada te espante, como Santa Teresa… A Dios no lo encontramos entre pucheros, sino en Moncloa echando cuentas. No sabemos de qué, pero echando cuentas.
Los que ya hemos echado cuentas somos las familias, que pasaremos esta Nochebuena mejor que la anterior, pero sin alharacas. Tenemos a media España confinada o en contacto positivo y cuarentena. Las empresas serán las grandes perjudicadas de la ómicron, aunque los médicos de Atención Primaria tampoco irán a la zaga. Este año el gallo está confinado y ya veremos si hay misa. Aunque siempre quedarán Yolanda y el Papa, la pareja del año sin duda alguna. ¡Feliz Navidad!