Fontaine, el goleador más eficaz

C.S. (SPC)
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El francés tiene el honor de ser el jugador que más anotó en una misma Copa del Mundo

Fontaine, el goleador más eficaz

El nombre de Just Fontaine está íntimamente ligado a la historia de los Mundiales. El futbolista francés se quedó a un paso de una final soñada con un combinado galo que ya comenzaba a dar muestra de lo que sería años después. Sin embargo, el delantero se encargó de presentar a su equipo y a su país al mundo entero con una actuación que nadie ha conseguido igualar desde 1958. El jugador grabó, con sus 13 goles en la Copa del Mundo de Suecia, una de las mayores demostraciones de voracidad jamás vistas en la historia del deporte. 

Fontaine nació en un Marruecos de 1933 que aún continuaba siendo un protectorado francés (hasta 1956). Su infancia transcurrió al completo en el norte de África y fue allí donde comenzó un idílico amor por la pelota. 

Como juvenil se estrenó en el AS Marrakech y posteriormente se destapó como goleador en la Union Sportive Marocaine (1950-1953). En esas tres temporadas se pudo apreciar el tremendo jugador que llegaría a ser en un futuro cercano y desde la metrópoli siguieron muy de cerca unas cifras escandalosas que se colocaron en los 62 tantos en 48 encuentros. 

El altísimo nivel realizador le permitió dar el salto a Europa y fichó por el Niza, donde también estuvo tres años más. Las porterías del país galo temblaban cuando Fontaine saltaba al campo, sabedoras de que, tarde o temprano, el prolífico artillero las amenazaría. 

En los Alpes Marítimos mantuvo unas cifras muy altas pese a haber saltado a la élite futbolística de su nación y consiguió 51 dianas en las tres campañas con el cuadro de las 'águilas'. 

El gran salto se produce en 1956, cuando pasa a formar parte de las filas de un Stade de Reims que era uno de los mejores clubes del continente y que llegaba de caer en la primera final de la historia de la Copa de Europa ante el Real Madrid. Fontaine aterrizó en la región del Marne para reemplazar a la que había sido la mayor estrella del equipo las campañas anteriores. 

Raymond Kopa salió rumbo a Chamartín y el goleador llegaba para ocupar un hueco casi insustituible. Los 145 tantos que Fontaine marcó en seis cursos futbolísticos le auparon como el nuevo ídolo de masas del conjunto rojiblanco. 

La temporada 1956/1957 jugó 31 duelos anotando 30 dianas entre todos. Su curso más prolífico fue el siguiente, donde hizo 34 en 26 choques (39 en 32 enfrentamientos entre todas las competiciones) que lo alzaron como máximo artillero del campeonato francés. 

Algo que volvió a repetir en la 1959/1960 (28 en 28). Las repetidas lesiones privaron al mundo del fútbol de uno de sus jugadores más irrepetibles en el arte principal del juego. A finales de 1962 disputó su último encuentro y se retiró apunto de cumplir 29 años.

innumerables éxitos. Sin embargo, le dio tiempo a cerrar una carrera marcada por innumerables éxitos. En su palmarés figuran dos Copas de Francia (una con el Niza y otra con el Reims), cuatro Ligue 1 (una con el Niza y tres con el Reims) y dos Supercopas galas (Reims). 

Además, en 1958 (su año más prolífico) se llevó la Bota de Oro y quedó tercero en la clasificación del Balón de Oro. Tras su retirada, fue elegido como uno de los mejores 125 futbolistas de la historia y en 2003 fue designado como el mejor jugador francés en los 50 años anteriores por la Federación Francesa de Fútbol. 

Su momento

Suecia y 1958 son claves para entender el legado de Fontaine. Con la selección de Francia debutó anotando tres goles a Luxemburgo y los siete años con 'les bleus' hizo 30 en 21 duelos. Formó una dupla atacante de muchísimos quilates al entenderse de maravilla con un Kopa que decía lo siguiente de su compañero ofensivo: «Just era el delantero que se adaptaba perfectamente a mi juego. Él percibía lo que yo hacía, y yo estaba seguro de encontrarlo al otro lado de la jugada tras mis regates». 

En la edición mundialista de Suecia, los goles del ariete galo fueron cayendo de forma indiscriminada: tres ante Paraguay (7-3), dos contra Yugoslavia (2-3), uno frente a Escocia (2-1), otros dos a Irlanda del Norte (4-0), uno ante Brasil (2-5) y cuatro ante la reciente campeona del mundo, Alemania Federal, en el partido por el tercer y cuarto puesto (6-3). 

La leyenda de Fontaine seguirá viva por siempre, pero sobre todo lo hará hasta que alguien pueda batir los 13 tantos que le llevaron al Olimpo del fútbol en una Copa del Mundo. Algo, hasta día de hoy, imposible.