Cuenca se tiñe de azul y amarillo

Manu Reina
-

El Ayuntamiento habilita el edificio del Mercado municipal para ayudar a la comunidad ucraniana en la recogida de material después de que la solidaridad desbordase los primeros emplazamientos

Cuenca se tiñe de azul y amarillo - Foto: Reyes Martínez

Cuenca está completamente volcada en ayudar a la comunidad ucraniana. Una oleada de solidaridad admirable y que evidencia que tanto la capital como la provincia se tiñen de azul y amarillo, los colores de la bandera ucraniana. Y es que la población conquense es consciente de la situación que se está viviendo en el país del este desde hace más de una semana, concretamente desde que comenzase la invasión rusa. Por desgracia, el número de fallecidos crece día a día en medio de una guerra que por ahora no tiene una solución a corto plazo. 

Tampoco deja de aumentar el número de personas que abandonan el país en busca de un refugio con la esperanza de recuperar algo de tranquilidad en sus vidas. Aunque es complicado teniendo en cuenta que atrás no sólo dejan su tierra, sino que, en muchos casos, también a sus familiares sin saber si volverán a verse de nuevo. España es uno de los países que está acogiendo a ciudadanos ucranianos mientras su país sigue resistiendo. Pero para aguantar los ataques rusos necesitan recursos. Ya no solo material militar, sino también alimentos, ropa, medicamentos o utensilios para dormir, entre otras cosas. El derrumbe de numerosos edificios, los disparos y las bombas obligan a muchos de ellos a abandonar sus hogares. Y muchos lo hacen sin apenas llevarse nada consigo. Para que nadie decaiga en esta causa, las comunidades ucranianas con residencia en otros países están trabajando sin cesar para recaudar material para sus compatriotas. En Cuneca, la situación se ha desbordado, ya que los ciudadanos están acudiendo en masa a la llamada. 

La comunidad ucraniana en Cuenca organizó una campaña de recogida de ayuda humanitaria que sigue en activo a día de hoy. Al principio plantearon tres espacios para dejar cualquier material que estuviera incluido en la lista que ellos mismos elaboraron y que atendía a las necesidades de sus compatriotas. La iglesia Santa Ana y dos almacenes de los polígonos La Cerrajera y Sepes fueron los lugares utilizados. La rápida respuesta de los conquenses dejó boquiabierta a la comunidad ucraniana, que no esperaba el aluvión de material que se ha entregado. Hasta tal punto de que pocos días después tan sólo era posible entregar material en la iglesia Santa Ana debido al desbordamiento y a una solidaridad ejemplar.

Cuenca se tiñe de azul y amarilloCuenca se tiñe de azul y amarillo - Foto: Reyes MartínezLos conquenses han entregado de todo. Indumentaria y ropa tanto para vestir como para dormir. Sacos de dormir, mantas, esterillas, cinturones, calcetines y vestimenta infantil. Es tal la implicación de la capital que este tipo de material ya no es necesario, ya que se ha recogido grandes cantidades. Pero también se ha recaudado alimentos no perecederos como galletas, legumbres, enlatados, pasta, mermeladas o arroces, entre muchos otros. Medicamentos como paracetamol, ibuprofeno, nolotil, enantyum o frenadol, además de material sanitario como termómetros, jeringas, toallitas con alcohol, mantas térmicas o esponjas son también los materiales que completan las cajas. Tampoco ha faltado la donación de linternas, mochilas, cargadores portátiles, alargadores y tazas. 

Para organizar y gestionar todo el material recaudado han participado un número elevado de ucranianos, tanto mayores como pequeños. Una iniciativa que no entiende de edades, sino de solidaridad y ayuda por un país y sus familiares, ya que muchos de los que vienen en Cuenca tienen seres queridos en Ucrania. Unos daban forma a las cajas de cartón mientras otros separaban los productos por categorías, ya fuera alimentos u objetos. Tras conseguir rápidamente un número elevado de kilos de productos, se ha podido enviar ya un camión, aunque serán muchos más en los próximos días.

Es tal la ayuda humanitaria que está brindando la población conquense que se ha producido un desbordamiento. Hasta la comunidad ucraniana está «saturada y cansada porque no nos esperábamos tanta ayuda y colaboración», explica Andriy Vorozhbyt, uno de los promotores de la recogida de material. El hecho de que lleguen grandes cantidades de alimentos y otros productos ha producido un «desgaste físico y mental en muchos de nosotros», recalca Vorozhbyt. En el caso de este joven obrero hasta tal punto de que ha tenido que ausentarse de su trabajo durante unos días, algo que se repite en muchos casos, ya que no daban abasto para empaquetar y organizar todo lo recibido. 

Cuenca se tiñe de azul y amarilloCuenca se tiñe de azul y amarillo - Foto: Reyes Martíneznuevo espacio y horario. La enorme solidaridad de la población conquense ha desbordado las previsiones. Tal es así que la comunidad ucraniana ha solicitado al Ayuntamiento ayuda para conseguir un nuevo espacio para recaudar material, así como de apoyo humano para gestionar la recogida. El Ayuntamiento, como respuesta, ha establecido desde hoy el edificio de la Plaza del Mercado para entregar material de lunes a viernes con un horario de 11 a 13 horas y de 17 a 19 horas. Un grupo de voluntarios de Protección Civil trabajará para oxigenar la entrega y llevar a cabo una exhaustiva organización. 

Además, la comunidad ucraniana ha pedido que no se entregue por ahora más ropa, ya que existe ya una gran reserva. Pero sí que pide alimentos rápidos de consumir como barritas energéticas o comida en lata, para no tener que cocinarla, algo que es fundamental en un conflicto bélico. También es necesaria la donación de material sanitario y productos de higiene, así como artículos infantiles como potitos, pañales o leche en polvo. De esta forma, el Ayuntamiento prestará apoyo a la comunidad ucraniana, que seguirá siendo la encargada de liderar esta iniciativa a la que también suman fuerzas tanto la Diputación provincial como Cruz Roja.

Pero no serán los únicos en realizar una campaña de recogida de esta índole. Y es que la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) recoge alimentos, medicamentos y otros productos desde hoy mismo y hasta el día 17 de marzo en sus diferentes campus universitarios. El propósito no es otro que intentar recaudar grandes cantidades y enviarlas a Ucrania para ayudar a este país que está atravesando uno de los peores momentos de su historia. En el campus universitario conquense los lugares para dejar los materiales son el Vicerrectorado, la Facultad de Ciencias Sociales y la Facultad de Educación. 

Cuenca se tiñe de azul y amarilloCuenca se tiñe de azul y amarillo - Foto: Reyes MartínezPor otro lado, el Gobierno regional trasladó al Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones el ofrecimiento de 89 recursos para el alojamiento de urgencia y temporal de 600 personas refugiadas que puedan llegar hasta Castilla-La Mancha procedentes de la crisis humanitaria derivada del conflicto bélico. Así lo afirmó la consejera de Bienestar Social, Bárbara García Torijano, durante la reunión mantenida con los representantes de las entidades que forman parte del Plan de Acogida de personas solicitantes de protección internacional que coordina el Gobierno central. Estas entidades en Castilla-La Mancha son Cruz Roja, Accem, Guada-Acoge, Cepaim, Movimiento por la Paz MPDL y Provivienda. La consejera explicó que en la región hay más de 3700 ucranianos residentes y «existe una fuerte presencia de la comunidad ucrania en localidades y pueblos más allá de las capitales de provincia». Concretamente, en Cuenca hay 748 ciudadanos ucranios censados.

Los recursos recopilados para poner a disposición del Ministerio «están repartidos por toda la región, muchos son de la propia Administración y otros tantos han sido ofrecidos por particulares o por entidades locales», aseveró la titular de Bienestar Social, quien añadió que tienen una disponibilidad de uso «inmediata ya que la situación de urgencia así lo requiere».

Cuenca se tiñe de azul y amarillo
Cuenca se tiñe de azul y amarillo - Foto: Reyes Martínez
El miedo, el terror y la incertidumbre invaden los pensamientos de la población ucraniana desde que las tropas rusas invadieran el país. Un ataque sin precedentes en pleno siglo XXI que ha hecho saltar las alarmas tanto de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) como de Estados Unidos. Una invasión sin argumentos y sin fundamentos que, por desgracia, está generando decenas de muertes civiles, así como una infinidad de daños materiales en edificios y espacios públicos de numerosas ciudades. Nadie entiende nada e incluso una gran mayoría de ciudadanos rusos tampoco dan crédito. Vladimir Putin está decidido a hacerse con el control de un país hermano donde viven millones de ucranianos con descendencia rusa. Es como atacarse a sí mismo. Algo que incluso resta todavía más lógica a esta guerra que, por ahora, no tiene solución a corto plazo, pese a las numerosas sanciones que Europa y Estados Unidos están ejecutando sobre Rusia. Todo está por ver. Ucrania atraviesa su peor momento desde que se independizara en el año 1991 y la solución no parece estar cerca. Mientras tanto, los conquenses siguen volcados en la causa para ayudar a los ucranianos.