La subida del salario mínimo sonríe a 7.600 conquenses

Leo Cortijo
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Los sindicatos celebran que el acuerdo combata la «desigualdad» y la «pobreza laboral» y destacan que más de la mitad de los empleados a los que beneficia la medida son mujeres y un 26 por ciento, jóvenes.

Las auxiliares de ayuda a domicilio son un grupo de trabajadoras a las que beneficia la subida del salario mínimo. - Foto: Rueda Villaverde

Un nutrido número de trabajadores comprobará con una sonrisa de oreja a oreja cuando mire la cartilla del banco que su nómina tiene otro color. Para muchos será una subida casi imperceptible, pero para otros viene a ser poco menos que un salvavidas. Desde este momento y con carácter retroactivo desde el pasado 1 de enero, ningún trabajador en España cobra menos de 1.000 euros al mes en 14 pagas. Un hito para los impulsores del acuerdo –Gobierno y sindicatos– y algo fuera de lugar para la patronal. La realidad es que el salario mínimo interprofesional se ha incrementado 35 euros más desde los 965 en los que se encontraba y la medida ha sido bien recibida por los casi dos millones de personas que así lo verán reflejado en su cuenta bancaria.

En Cuenca, según las estimaciones facilitadas a este diario por Comisiones Obreras, esta medida beneficia a unos 7.600 trabajadores. Uno de los aspectos «más importantes» a tener en cuenta, según resalta la secretaria provincial de este sindicato, María José Mesas, es que más de la mitad de los empleados a los que ha sonreído la medida son mujeres. En concreto un 55 por ciento, es decir, 4.200 de esos 7.600. El contexto en clave nacional se mueve en un porcentaje muy similar, y tres cuartos de lo mismo ocurre con los jóvenes, pues algo más de uno de cada cuatro beneficiados son aquellos que accedieron al mercado laboral hace poco tiempo.

De esta forma se ofrece una «respuesta», entiende Mesas, a las demandas de las mujeres y los jóvenes, dos de los grupos sociales más castigados por la precariedad laboral que lleva consigo la temporalidad y los bajos sueldos. El salario mínimo ha experimentado unas subidas desde 2016 hasta ahora «sustanciales» con el fin de «combatir la desigualdad, la brecha salarial y la pobreza laboral», recalca la sindicalista al mismo tiempo que pone el foco en que es una «medida fundamental y de las más justas que se pueden llevar a cabo», y es que Cuenca tiene «los salarios más bajos de toda la región». Pero no solo es un tema salarial, sino también de protección social, y es que «de nuestro salario se va a derivar nuestra protección de cara al desempleo y nuestra futura pensión».

Por otro lado, la máxima responsable de CCOO en territorio conquense apunta a la idoneidad de la medida en un momento como éste, con el IPC marcando máximos históricos. El incremento del coste de la vida, cuyos desajustes «vienen derivados de la subida de los precios de la energía», lastra a cada vez más trabajadores, por lo que para el sindicato resulta «fundamental» que no se pierda poder adquisitivo. La meta hacia la que tiene que dirigirse el mercado de trabajo –argumenta Mesas– es que ninguna actividad no tenga la referencia de un comercio sectorial, porque «es una medida de igualdad laboral y frena la competencia desleal entre empresas». 

Desde el camarero que atiende a los parroquianos del bar de la esquina hasta una auxiliar de ayuda a domicilio o la trabajadora de un lineal centrado en la manufacturación de algún alimento, pasando por las popularmente conocidas como kellys, las camareras de piso encargadas de dejar las habitaciones de los hoteles en perfecto estado de revista. Éstos son algunos de los perfiles laborales para los que la subida del salario mínimo supone un espaldarazo, algunos de ellos son «claves» dentro de las particularidades del mercado de trabajo en Cuenca. Hacia ello dirige su mira el secretario provincial de UGT, Vicente Martínez, y es que «lo importante no solo es que haya trabajo, sino que éste tenga una retribución digna».

Sectores beneficiados. Algo ha cambiado –«o está cambiando»– de un tiempo a esta parte, y desde el sindicato valoran satisfactoriamente el papel desempeñado por parte del Ejecutivo «porque se está dejando notar». De hecho, Martínez recuerda que durante algunos años los trabajadores fueron «asumiendo» tanto la no subida de los salarios, «que se quedaron estancados», como el hecho de que la negociación colectiva «llevara un tiempo parada». Todo ello, remata al respecto, «repercutía en los sueldos más bajos, que a la postre son los que más afectados están».

 

La patronal recalca que es un «error» en un «momento de incertidumbre»

La Confederación de Empresarios de Cuenca rechaza la subida del salario mínimo y recuerda que esta decisión se ha tomado sin el apoyo de CEOE. En este sentido, la patronal conquense recuerda a La Tribuna que los órganos de gobierno de CEOE y de Cepyme rechazaron por unanimidad la propuesta y que «lógicamente se cumplirá con lo establecido, pero no se ha producido ningún consenso». A su juicio, es un «error» establecer una subida salarial obligada en un «momento de incertidumbre» para las empresas con un «enorme crecimiento» de los costes empresariales y una caída de la productividad. De hecho, considera que una nueva subida contribuye a aumentar los costes laborales y la presión sobre los márgenes de las empresas, lo que unido a otros riesgos como el encarecimiento de las materias primas o los cuellos de botellas en las cadenas globales de suministro puede llevar a un menor dinamismo económico y por tanto a una menor creación de empleo.

Por otro lado, la Confederación recuerda que en gran medida los salarios están por encima del SMI, pero todavía hay sectores «tremendamente tocados» que necesitan ajustar los presupuestos y que no recuperarán los niveles de negocio de antes del COVID antes del próximo año. Por todo ello consideran que la propuesta del Gobierno es «dañina» para sectores «especialmente vulnerables» como el agrícola y aquellos como la hostelería o limpieza que llevan años soportando sobrecostes de todo tipo.