La programación de invierno del Teatro-Auditorio José Luis Perales se retoma hoy (20,30 horas) con la puesta en escena de todo un clásico del Siglo de Oro, Peribáñez y el comendador de Ocaña, fiel adaptación de la obra de Lope de Vega realizada por Yolanda Pallín, a cargo de Noviembre Compañía de Teatro, y bajo la dirección de Eduardo Vasco.
La obra, incluida en el Programa Platea del Instituto Nacional de Artes Escénicas, tiene esa particularidad de los clásicos de ser plenamente vigente pese a haber transcurrido cuatro siglos de su estreno, donde el Fénix de los Ingenios aporta un tipo de vitalidad muy particular, un concepto del tiempo dramático preciso y valiéndose de un castellano preciosista que brota de los personajes con total sencillez.
Eduardo Vasco comentaba a La Tribuna de Cuenca horas antes del estreno que Noviembre Compañía de Teatro propone «una versión de Peribáñez destinada al público de hoy con una raíz muy potente, vinculada a lo que Lope podía querer en un principio, es decir es una versión, como todas las nuestras, muy vinculada a la tradición y a la vez con el paladar del espectador de hoy y con un sentido narrativo plenamente contemporáneo».
Una particularidad de este montaje es que subraya en determinados pasajes el tono humorístico que el autor buscaba, no en vano la mayor parte de su producción son tragicomedias y siempre tienen un aderezo cómico.
Preguntado por esa pervivencia de la obra, Vasco asegura que «los grandes temas universales siempre forman parte de nosotros en cualquier época, en este caso Peribáñez se centra en cómo cuando el orden establecido de las cosas no valora suficientemente al ciudadano éste debe tomarse la justicia por su mano, en ese sentido el protagonista es una víctima del comendador, que se introduce en el seno de su familia y la arrasa».
Con un escenografía cuidada y un envoltorio plástico destacable, que incluye el vestuario de Lorenzo Caprile, el elenco artístico está integrado por Rafael Ortiz (Peribáñez), Elena Rayos (Casilda), Alberto Gómez Taboada (comendador), Leonardo Francisco Rojas (Leonardo), Mar Calvo (Inés), Julio Hidalgo (Luján), Jesús Calvo (Padre Antón), Manuel Pico (Bartolo) y Daniel Santos (pintor).
Vasco añade que «el teatro clásico debe defenderse desde la palabra, el verbo es el que manda», por ello la agilidad en el desarrollo de la propia trama adquiere un protagonismo especial. Desde la primera vez que llevó a Lope a escena han pasado más de dos décadas y confiesa que «es probablemente el autor que más veces he montado... adoro su frescura, su verso ágil y bello, y su concepto del amor desmedido, poderoso y fugaz».