Los rejones destapan un festín de trofeos de distinto peso

Leo Cortijo
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Hasta ocho orejas y un rabo se cortaron en la segunda de las corridas de la Feria de San Julián. El debut de Guillermo Hermoso de Mendoza no pudo ser mejor y acompañó por la puerta grande a Andy Cartagena. El mejor toreo de la tarde lo firmó Galán

Los rejones destapan un festín de trofeos de distinto peso

Los festejos de rejones son caso aparte. El público que acude a la plaza no es el habitual de una corrida a pie, al menos en su mayoría, y eso se deja notar, y mucho, en las reacciones de éste. Fundamentalmente, a la hora de pedir las orejas para los jinetes. Como que hay más ganas de fiesta, seguramente porque es un público más casual. Por explicarlo de forma sencilla, vamos. Pero ojo, también cuentan. Con este punto de partida para entenderlo todo, en la segunda del abono sanjulianero los caballeros pasearon hasta ocho orejas y un rabo… Casi nada. Lo dicho, ganas de fiesta. Y pudieron ser más. Sobre todo si el palco se hubiera mostrado igual de dadivoso con Galán como lo estuvo con Andy y con el pupilo de Hermoso de Mendoza.

En este festín de apéndices, el triunfador en lo numérico fue éste último, Guillermo Hermoso de Mendoza. El jovencísimo rejoneador navarro paseó las dos orejas y el rabo de su segundo, Lindo, en una faena de menos a más y en la que acabó metiendo al público de lleno. De casta le viene al galgo. O le tiene que venir… y es que a pesar de su precocidad es cierto que ya se le atisban muy buenas maneras y un buen concepto. Falta pulir, pero materia prima hay. Además, está sustentado en una cuadra de caballos de primerísimo nivel. Y claro, así todo es mucho más sencillo. En este capítulo, lo más interesante llegó cuando puso en escena la hermosina, en homenaje a su padre, aunque el soso de Benítez Cubero no acompañó de igual grado. Con Pirata enderezó una faena que terminó por todo lo alto y que abrochó con un par a dos manos notable y un rejón caído pero suficiente. El público, entregadísimo, pidió para él todo lo podía haber y más. Y el presidente (ahora sí) accedió.

Antes, se había presentado en Cuenca con Jíbaro, una pintura de caballo, para recibir a Ilusionado, al que dejó un solo rejón de castigo. Los mejores momentos de toreo, por templado y ajustado, llegaron sobre Jabugo, con el que además las clavadas fueron certeras y en el sitio. Las ajustadas batidas terminaron de hacer entrar al público en una labor en la que al toro le faltó empuje. Cuando más y mejor estaba conectando el jinete navarro con el respetable a lomos de Índico, en algunos quiebros, el toro se fue al suelo, afeando lo dispuesto. Dejó un rejón efectivo que le granjeó una oreja de peso, aunque se le pidieron con fuerza las dos, pero el presidente (ahora no) no accedió.

Andy Cartagena abandonó el coso del Paseo de Chicuelo II con cuatro orejas en su esportón. Al cinqueño y berrendo Lleno, que salió de forma impetuosa, le recetó uno de castigo a lomos de Carablanca, para después lidiar con demasiados efectismos y poca pulcritud. Como el animal se aquerenció en las tablas del 3, el de Benidorm tuvo que poner todo de su parte, y es que el toro colaboró entre poco y nada. Fruto de esa exposición, llegó incluso a tocarle en la grupa y a punto estuvo de descabalgarlo. Con Bandera tuvo que provocarle y llegarle mucho al blando burel, que en varias ocasiones se marchó al suelo. Sobre Pintas y con las cortas llegó el momento de mayor conexión con el tendido, máxime cuando el jinete buscó los desplantes. Montando a Barón llegaron momentos de mayor entonación, con alguna batida interesante. El rejonazo fue fulminante y el premio de las dos orejas, pedido por un dadivoso público, cayó por su propio peso. A su segundo, Salustiano, lo paró bien con Morenito. En una versión mejorada de su rejoneo, por momentos, clavó bien. Además, eso lo completó con piruetas y piaffés y la gente entró de lleno. Su mayor espectáculo de cara al tendido lo ejecutó con Luminoso, andando con la grupa, y eso se jaleó aunque vinieran varias clavadas en falso. El culmen fue un par a dos manos sin cabezada con Jinocente. Sobre Pintas colocó una rosa, dejó el sombrero en la testuz del toro y clavó un rejón tremendamente trasero, pero eficiente. Y así, otras dos más.

El que menos botín rascó del festín de orejas fue Sergio Galán, porque el palco (ahora sí) se puso firme con él. Al primero de su lote, Numerario, cuya salida fue poco convincente, lo recogió con Artista para comprobar lo poquito que tenía el animal dentro, pues iba cogido con alfileres. A lomos de Ojeda lidió de forma notable basándose en la pureza, y también en las clavadas, apostando por las cercanías de un toro que quería poca fiesta, y al que con Titán ató a la grupa en media vuelta al anillo. Tres cortas sobre Óleo de enorme transmisión fueron la guinda antes de dejar escapar sus opciones de triunfo debido al deficiente empleo del rejón. Al quinto de la tarde, Onésimo, le recetó dos de castigo en un inicio frío que sembró más dudas que certezas. Fue un espejismo. A partir de ahí, todo creció y llegó el mejor toreo de la tarde. Repito: el mejor. Dejó a Alcotán para montar a Embroque. Con este jaco interpretó el toreo más cadencioso y ofreció un par de batidas clavando arriba y en el estribo, como mandan los cánones. Lo mejor estaba por llegar: a lomos de Ojeda dio auténticos muletazos a caballo y, además, con toda la verdad y la pureza del mundo. El sobresaliente caballo, mirando a los ojitos al toro, en una de las tardes más notables que se le recuerdan en esta plaza. Dos pares a dos manos sobre Apolo terminaron por cimentar una actuación maciza y torera a partes iguales. Dos rosas con Óleo arriba antes de dejar un rejón no en el mejor sitio, pero eficiente. Y a eso debió sujetarse el presidente (ahora sí) para negarle el segundo trofeo que le cerraba la puerta grande a cal y canto.

 

- Plaza de toros de Cuenca. 2ª de la Feria de San Julián. Tres cuartos de plaza en tarde soleada y agradable. Se lidiaron cinco toros de José Benítez Cubero y uno de Pallarés (3º), bien presentados y reglamentariamente despuntados para rejones. Blandos y algo sosos 1º y 3º; se dejaron 2º y 4º; y se movieron con interés 5º y 6º.

- Andy Cartagena: dos orejas y dos orejas.

- Sergio Galán: ovación con saludos y oreja con petición de la segunda.

- Guillermo Hermoso de Mendoza: oreja con petición de la segunda y dos orejas y rabo.