Está claro que el nombre del estadounidense Arthur Byne se asocia con el expolio que el supuesto 'arquitecto' yanqui realizó sobre los bienes culturales españoles durante el pasado siglo. Byne llegó a España en 1915 acompañado de su mujer, Mildred Stapley, como representantes de la Hispanic Society de Nueva York. Desde entonces, su depredación sobre catedrales, conventos y obras de arte españolas fue un no parar gracias, en parte, a la connivencia de algún que otro ministerio hispano…

El filántropo e hispanista Huntintong fundó la Hispanic Society en 1904 para dar a conocer y difundir la cultura y la civilización españolas; y como medio para ello comenzó a adquirir libros y cuadros españoles, dando un lugar destacado a la fotografía como forma de conocimiento de España y de su imagen y así conformar un archivo fotográfico de paisajes, costumbres y arte hispánicos… Para ello, se compraron instantáneas y negativos a agencias y distribuidores fotográficos y también se patrocinaron varias expediciones fotográficas a España. 

Como ejemplo, en los años que van de 1915 a 1918 se pagaron los viajes y gastos de Arthur Byne, miembro conservador de la Hispanic Society, quien realizó más de 3.000 fotografías por toda la geografía de la entonces llamada Castilla La Nueva. A los tres años, la relación del fotógrafo y expoliador con la Hispanic Society se rompió debido a que Huntintong no aprobaba sus 'tejemanejes' en relación al patrimonio español. A partir de entonces, Byne y su mujer se dedicaron a la actividad de marchantes y a la publicación de varias obras relacionadas con el arte y la arquitectura hispánica. 

Arthur Byne, un fotógrafo yanqui en Cuenca

Las fotografías de Byne se centraron sobre todo en monumentos y edificios y en la arquitectura medieval y renacentista,  sin olvidar  las artes decorativas, especialmente la forja de hierro. Byne dominaba perfectamente la técnica fotográfica y demostró también un ojo maestro para la fotografía artística así como para las escenas de la vida cotidiana, tipos regionales y figuras humanas… Sus fotografías españolas y conquenses se pueden rastrear por todos los libros publicados por la Hispanic Society y por otros publicados de forma independiente.

Fotógrafo de Cuenca. En 1915 Byne y su esposa llegaron a Cuenca y quedando fascinados por el paisaje y la arquitectura de la vieja ciudad castellana. Las primeras fotografías que realizó captaron la hoz del Júcar, realizada desde la Puerta de San Juan, reteniendo en su retina fotográfica el río y los altos chopos con el caserío conquense subiendo las laderas de la hoz (La ciudad del Valle del Júcar). 

Otra realizada el mismo año refleja la quietud del río Júcar acompañado de los chopos y álamos, teniendo como fondo el Seminario Conciliar de la ciudad (La ciudad sobre el Júcar). Del mismo año es la fotografía titulada La ciudad vista desde las colinas de la ribera del Huécar que realizada desde las alturas del Barrio del Castillo representa la icónica imagen de la hoz con las Casas Colgadas y el Convento de los Paules franqueando el río Huécar, en la que el yanqui consigue dotar a la imagen de un lenguaje poético muy singular.

Byne siempre atento a la rejería y forja española, de la que alguna pieza importante logró 'exportar' desde España hacia los EEUU, encontró en Cuenca varios importantes ejemplos, como los captados en la Catedral conquense, con la Reja de la Capilla de los Caballeros Catedral de Cuenca.  En el libro escrito junto a su mujer, Rejería of the Spanish renaissance: a collection of photographs and measured drawings with descriptive, dio también cuenta del nivel de la rejería conquense de la Catedral…

Los fondos fotográficos de la institución estadounidense atesoran el trabajo realizado por Byne y sus fotografías sobre Cuenca y Castilla. Es cierto que la institución patrocinó otras expediciones a nuestra ciudad para fotografiar, catalogar y divulgar el patrimonio artístico y humano conquense. Entre los fotógrafos, artistas y escritores que llegaron para captar la belleza y riqueza de nuestro patrimonio podemos nombrar a Georgiana goddard King, Kurt Hielscher y Edith H. Lowber.