Sanitarios conquenses en el foco de la infección

Nuria Lozano
-

El enfermero José María Torrero, que trabaja en Madrid, asegura que "el miedo es lo que te mantiene activo"

José María Torrero

Hace un mes el enfermero José María Torrero viajó a su Cuenca natal para visitar a sus padres y ya les dijo que probablemente no volvería en mucho tiempo porque la cosa se iba a poner fea, «pero jamás imaginé que fuese algo tan grande».

Torrero trabaja en la Fundación del Lesionado Medular de Madrid, un centro concertado que tiene como hospitales de referencia el Gregorio Marañón y el Infanta Sofía.

«Esto no lo esperas nunca. Cuando estudiaba, vimos la última gran pandemia grave de 1918, la gripe española, y piensas que eso queda muy lejos y no puede pasar, pero sigue pasando», reflexiona.

Aunque el pasado sábado se les empezó a suministrar material, sigue faltando «y lo vamos sobrellevando como podemos, tirando de ingenio». En este sentido, espera que todo esto sirva "para que se valore y se cuide más la sanidad pública, que se den cuenta de que estamos en primera línea".

Dice estar bien «aunque con días de ánimo y otros de bajón, sobre todo si hay fallecidos. Eso es duro. Pero hay que levantar cabeza y pensar que tienes que cuidar a otros pacientes».

Respecto a si sienten miedo al hacer su trabajo, afirma que«claro que hay miedo y respeto, es lo que te mantiene activo. Pero pánico no, porque estamos preparados para cumplir con nuestro trabajo sean cuales sean las circunstancias»

Por eso le duele el comportamiento de aquellos que deciden saltarse a la torera la cuarentena. «Molesta porque nosotros salimos cada día a cuidar personas y da igual si caemos en la batalla, pero hay que ser autoresponsables y pensar en nosotros mismos y en la sociedad».

Este sanitario de 33 años está dispuesto a doblar si es preciso si lo reclaman de algún hospital público o el habilitado en el Ifema.

También lo llamaron del Virgen de la Luz, «pero es un riesgo desplazarme en estos momentos. Me da pena no poder estar allí, pero hay profesionales impresionantes y maravillosos, los conquenses están en las mejores manos».