El ciclo de conferencias programado por la Real Academia Conquense de Artes y Letras contó anoche con la presencia de Francisco Alía Miranda, catedrático de Historia Contemporánea de la Facultad de Letras de la UCLM, que analizó las trascendentales consecuencias del Desastre de Annual, del que se cumplió un siglo el pasado 2021.

Un hecho bélico que supuso un duro golpe para el Estado español y para la propia Monarquía...

Sí, me centro sobre todo en lo que representó esa batalla y cómo un territorio aparentemente insignificante como Annual y su entorno provocó una tragedia para España, no sólo por las víctimas mortales, sino por cómo murieron y por las consecuencias políticas que tuvo la derrota. Se formó una Comisión de Responsabilidades en las Cortes y se llegaron a depurar responsabilidades militares por medio del Expediente Picasso y del Consejo Supremo de Guerra y Marina, lo que hizo tambalearse los cimientos del Estado e incluso de la propia Monarquía. Yo mantengo que el golpe de Primo de Rivera de 1923 fue un medio para acallar las propias responsabilidades del Rey, muy evidentes según esa Comisión. 

¿Cree que ha sido valorado en su justa medida por la historiografía?

Creo que no, porque cuando se estudia la Dictadura de Primo de Rivera no suele contar como antecedente determinante el Desastre de Annual y cuando estudiamos la Guerra de Marruecos tampoco se establecen las consecuencias que supone en el ámbito de la política, no en vano además de propiciar el golpe de Primo de Rivera, fue determinante para la caída de la propia Monarquía, ya que incluso las responsabilidades llegaron hasta 1935.

Se ha escrito mucho sobre irregularidades en el reclutamiento y en la corrupción de los mandos...

El tema del reclutamiento en la Guerra de Marruecos es sangrante, ya había estallado el asunto en 1909 durante la Semana Trágica de Barcelona, cuando los sindicatos y los partidos de izquierda denunciaron que a la guerra iban fundamentalmente los pobres, porque existía el sistema de redención en metálico que permitía a los que tenían dinero pagar una cantidad y evitar el reclutamiento;cuando el Gobierno de Canalejas lo quitó en 1912 vino a sustituirlo la agencia de deserción, que facilitaban a la gente que podía pagar no ir a la guerra por medio de partes médicos u otros documentos.

¿El número de bajas real se ajustaría a las cifras oficiales?

Oficialmente el número de muertos fue de 13.363, de los cuales 10.973 eran militares y 2.390 soldados indígenas reclutados. Desde luego no tenemos base alguna para creernos las 20.000 bajas de la que hablan algunos historiadores, porque además habría unos 19.000 soldados españoles destinados en el Norte de África.

¿Y qué puede decirme de las denuncias de ineficacia de la cúpula militar española?

El Expediente Picasso determina en sus conclusiones que había habido una ineficacia absoluta por el mando, hablaba de que el general Manuel Fernández Silvestre, cuyo cadáver nunca apareció, hizo varias ofensivas cuestionables y no hizo caso de los avisos de que las tribus rifeñas estaban organizándose para hacerles frente. También es evidente que el Ejército español no tuvo en cuenta la capacidad de Abd el-Krim para unificar a los rifeños y posteriormente se vio en la batalla que era un militar hábil, que supo aprovechar las ventajas que le daba el terreno.

¿Supuso el fin de la política colonial española?

El fin del Imperio vino con el Desastre del 98, la guerra de Cuba fue un conflicto inventado y después nadie comprendió qué hacíamos luchando en un territorio tan irrelevante. España quiso subirse al carro de Marruecos a partir de la Conferencia de Algeciras de 1906, pero tampoco éramos ya una potencia colonial. En la práctica sí puede decirse que fue el final del colonialismo español.