«El CNEP contribuye a hacer una ciudad más dinámica»

Leo Cortijo
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El máximo responsable de la Universidad regional en Cuenca, César Sánchez Meléndez, es consciente de lo que hay en juego y cómo la institución ha sido un bancero más que aporta su hombro para la llegada del Centro de Estudios Penitenciarios.

«El CNEP contribuye a hacer una ciudad más dinámica» - Foto: Reyes Martínez

El Campus de Cuenca vela armas –o aulas, mejor dicho– ante la inminente llegada de la primera promoción de estudiantes de Instituciones Penitenciarias. Durante meses y meses hemos hablado de este centro de estudios y de las posibilidades que abre para este territorio y ahora, por fin, lo acariciamos con la yema de los dedos. El máximo responsable de la Universidad regional en Cuenca, César Sánchez Meléndez, es consciente de lo que hay en juego y cómo la institución ha sido un bancero más que aporta su hombro.

Los primeros 450 alumnos del Centro Nacional de Estudios Penitenciarios ya están prácticamente aquí. ¿Cómo se vive en la Universidad estos días previos?

Hemos preparado lo que se nos solicitó desde Instituciones Penitenciarias, que era disponer de aulas en el mismo edificio para que pudieran albergar a los grupos de forma simultánea. La ampliación del aforo que hemos podido realizar con los cambios de mobiliario nos ha permitido redistribuir grupos. Así, la disposición final nos lleva a tres aulas en la Escuela Politécnica de unos 75-80 estudiantes, lo que a su vez nos permite configurar esos 450 alumnos en dos turnos, uno de mañana y otro de tarde.

¿Este esfuerzo para el Campus afecta mucho al funcionamiento en sí de la Escuela Politécnica?

No, no es un esfuerzo. Al final era un compromiso y el Campus lo sabía y se ha venido trabajando durante todo el año. Teníamos un mobiliario adaptado a las medidas y las distancias de seguridad que nos imponía el Covid. Ahora, con los cambios en el protocolo ya no son necesarios los dos metros de distancia entre alumnos y eso nos ha permitido cambiar el mobiliario y estamos en una situación similar a la época precovid, aunque no exactamente igual. Estamos aproximadamente en un 80-90 por ciento del aforo antiguo que tenía el Campus.

¿Qué supone para la institución y para el Campus conquense ser un bancero más que cargue con el peso del Centro de Estudios?

Es un buen símil (risas). Todos sabíamos que el Centro de Estudios Penitenciarios tiene un recorrido y que el antiguo colegio San Julián será la sede final, pero entendíamos también que si queríamos una pronta instalación hacía falta un periodo transitorio y ahí establecimos un compromiso de apoyo temporal en todo lo que fuera necesario. Fuimos un bancero más en esa sujeción en estos momentos iniciales del Centro de Estudios.

Siguiendo con el símil, ¿de verdad este paso es tan pesado, en el buen sentido de la expresión, para Cuenca? ¿Es tan beneficioso como apuntan para la ciudad?

Creo que sí. Siempre hemos defendido que la descentralización de las estructuras del Estado podían ser la solución para territorios como éste y el mismo Gobierno ya ha puesto el foco en ese sentido. Entiendo que es un impulso para la ciudad y que este año lo vamos a ver de forma más puntual, pero que luego se va a ir complementando en cuanto a actividades y presencia del Centro a lo largo de todo el año. Es un impulso, y además necesario, para un territorio que combate el reto demográfico. 

¿Hasta cuándo aguantará la Universidad el peso del banzo?

El tiempo que se nos requiera, obviamente. Entendemos que es una situación temporal, pero nuestro compromiso es firme y creemos que esto es una estructura muy aprovechable para Cuenca y si Cuenca lo necesita, la Universidad lo apoyará mientras haga falta.

Ha habido voces críticas que ponían el foco en si Cuenca estaba preparada para albergar esta infraestructura. ¿No habría que hacerles ver que la Universidad regional también forma parte de la solución y no es un parche?

El Centro de Estudios es un contexto más amplio; también tiene que ver con los alojamientos y la presencia de 900 personas, sin ir más lejos, pero entiendo que no hay otra forma de dar impulsos que traer estructuras de este tipo. Y nosotros somos una infraestructura más, no puede disociarse el Campus de la ciudad, ni la ciudad del Campus. Si hace falta apoyo estaremos donde se nos requiera. Pero no solo es el Centro como tal, también ha habido actividades formativas que utilizan las infraestructuras de la Universidad de una forma más pausada, no con tanto volumen, pero que empiezan a ser importantes. Un ejemplo fue un curso de verano con 80 personas o los seminarios que ha organizado Instituciones Penitenciarios. Ese goteo constante de movimiento, gente y actividad al final supondrá un impulso para la ciudad.

Es importante el apartado que lleva aparejado el CNEP en relación a la Universidad, sobre todo en lo relativo a la formación…

En ese sentido estamos en contacto con ellos. Un compromiso directo fue la realización de los cursos de verano, y lo que tenemos que hacer es continuar con ello y con las actividades que nos requieran. El compromiso de Instituciones Penitenciarias es que esa formación que tiene que habilitar para sus funcionarios se desarrolle desde Cuenca y desde el Centro. Nosotros ahora somos ese bancero de infraestructura puntual e inicial, pero aprovechable para años venideros y de forma continua. ¿Cómo se va a trabajar? Instituciones Penitenciarias tiene que definir, de nuestra mano, en qué áreas de trabajo, investigación, formación y divulgación está interesada dentro de su ámbito de actuación. Son líneas muy transversales porque la realidad penitenciaria tiene muchas variantes, desde la construcción hasta la psicología, pasando por el trabajo social o la comunicación. Hay muchas líneas de investigación, formación y desarrollo, y tenemos capacidad de colaborar si lo estiman oportuno. El camino hacia adelante se vislumbra amplio.

¿Qué es eso del Observatorio de la Realidad Penitenciaria?

El Observatorio recoge el sentir de lo que acabamos de comentar. Lo que propusimos es que no podíamos ser solo aulas y ser algo más. Nuestro ámbito de actuación es la investigación y la formación y con todas esas variantes multidisciplinares y transversales podíamos aprovechar para desarrollar acciones. Podríamos decir que el Observatorio ya se ha iniciado porque hemos realizado varios cursos. La idea es generar ese germen con nuestras posibilidades y con las inquietudes que nos muestren. El propósito es seguir observando en torno a la realidad penitenciaria.

La Universidad adopta un papel activo y no solo pasivo, y ahí pasa por ser un actor fundamental como dinamizador del territorio…

Sí, sin duda. Desde el principio entendimos que teníamos que ser parte del territorio y parte activa. La gran idea de ese concepto era el proyecto UCLM Rural que, afortunadamente, tuvo un éxito notable en todos los ámbitos, sobre todo con los estudiantes que respondieron inscribiéndose. En esta primera fase fueron 54 personas y es importante recalcar que ahora mismo está abierta la segunda fase, así que todas las empresas, instituciones, municipios y demás que quieran proponer un programa para recibir un estudiante están en disposición de inscribirse estos días. Una de las formas de luchar contra el reto demográfico es llevar el conocimiento a los territorios que lo necesiten y aprender de esos territorios.

Lo que no sería lógico es que una Universidad, no sé si más que cualquier otra institución cultural, permaneciese ajena a la realidad del territorio en el que se asienta...

Nosotros tenemos que impartir las titulaciones que ofrecemos, está claro, pero también lo tenemos que hacer en la aplicación directa al contexto real y con los problemas que surgen. Tenemos que apoyar las zonas donde desarrollamos nuestra actividad. Por eso también intentamos llevar la cultura desde la difusión del ámbito universitario y este año una primicia fue el proyecto Marcela, con el que llevamos talleres y exposiciones a municipios con pocos habitantes para que vean que la Universidad está presente y que no es ajena al territorio.

A nivel organizativo en la Universidad, ¿cree que ha pasado lo peor de la pandemia?

Nosotros tenemos una normalidad casi absoluta en el sentido de que siempre hemos optado por el modelo presencial, que nos obligaba a guardar unas distancias y expandir los grupos. Ahora las condiciones de la pandemia son otras y eso nos permite reducir las distancias y aumentar los aforos, aunque sigamos con el protocolo Covid. Hemos aprendido a atender las circunstancias personales de profesores y alumnos que no han podido asistir a clase. Y eso afianza la imbricación y el compromiso con el territorio. Si dejáramos de ser una Universidad presencial perderíamos nuestra esencia y lo que de verdad aportamos al territorio. Seríamos otra cosa. Para que todo el mundo sienta a la Universidad como un motor, tenemos que ser presenciales y poner todos los medios posibles para que sea constante y absoluta. Eso además ha surtido el efecto de un incremento de matrículas...

Le iba a preguntar por ello, precisamente. ¿Cómo ha sido la matriculación en los años de pandemia?

Este año hemos tenido datos muy buenos. En un momento en el que se reducían los estudiantes de selectividad, aún con eso, hemos tenido un incremento de matrícula cercano al 14 por ciento. El campus de Cuenca ha atraído a mucha gente de fuera, lo que también es una ventaja para impulsar el territorio. En un momento en el que baja nuestra capacidad de atracción de estudiantes internos porque hay menos, atraemos más de afuera.

En este sentido, ¿cree que el Centro de Estudios Penitenciarios puede tener un efecto positivo en la matriculación dentro de un tiempo?

Creo que todo ayuda. Más que para el Campus al final, para la sensación de mejora de la ciudad. Si hacemos una ciudad más agradable y con más posibilidades y activa, todo mejorará. Afortunadamente, Cuenca estos meses ha sonado mucho, ha estado muy de moda desde el punto de vista turístico y seguirá estando en el candelero informativo por iniciativas como la del Centro, que tuvo su eco nacional. Insisto: todo ayuda. Hacer una cuidad más activa y dinámica atrae gente y el Centro Nacional de Estudios Penitenciarios contribuye a ello.