Vuelta al cole sin piojos

SPC
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Hasta un 14 por ciento de los escolares españoles ha tenido estos parásitos en algún momento, si bien existen medidas preventivas que pueden ayudar a mantenerlos a raya

Comienza el curso y con él reaparece uno de los quebraderos de cabeza de todos los años: los piojos. Su propagación es muy común entre los pequeños de la casa y llega a afectar, según los datos del Ministerio de Sanidad, a entre el 4,9 y el 14 por ciento de los escolares españoles alguna vez. Sin embargo, no hay por qué resignarse a que estos parásitos invadan el cabello de los niños, ya que se les puede mantener a raya con algunas medidas preventivas. 

A la hora de detectar la presencia de los piojos, el síntoma típico es el picor o prurito del cuero cabelludo. Si aparece este signo, se debe proceder a un examen exhaustivo del cabello con una lendrera, peinando cada mechón para poder encontrar liendres y piojos, en caso de que los haya. Lo mejor es hacerlo con el cabello húmedo, ya que se mueven más lentamente por él. También se puede colocar un paño blanco sobre los hombros del pequeño para ver con mayor facilidad cómo caen los insectos. 

Si se confirma que existe infestación, hay que aplicar mediante un ligero masaje el champú, loción o espuma pediculicida sobre el cabello seco y dejar que actúe el producto de 10 a 15 minutos tapado con un gorro. Después, hay que lavar, aclarar y dejar secar el pelo al aire. Eduardo González Zorzano, experto científico de Cinfa, explica que no es recomendable en ningún caso usar el secador, ya que el calor puede inactivar el efecto insecticida residual del producto.  

Para terminar, debe pasarse de nuevo sobre el pelo la lendrera, retirando los piojos muertos y las liendres. Hay que repetir esta operación cada dos días hasta asegurar completamente que no haya piojos. Es importante tener en cuenta que estos parásitos depositan las liendres sobre todo en el flequillo, la base del cabello y detrás de las orejas, porque son las zonas más calientes y apropiadas para la supervivencia. 

Por tanto, cuanto más lejos de la base del cabello estén, más tiempo llevarán en la cabeza y ya habrán eclosionado o estarán muertas. Sin embargo, a simple vista es prácticamente imposible diferenciarlas, por lo que hay que eliminarlas todas. Además, es fundamental repetir todo el proceso una semana después, garantizando así que se eliminan todos los insectos y las crías. De lo contrario, con que haya quedado alguno, es suficiente para que se reproduzcan de nuevo.

Otra medida para frenar la aparición de piojos es, siempre que sea posible, lavar la ropa del niño infestado a una temperatura superior a 70 grados. También se deben introducir los juguetes y peluches  en una bolsa hermética durante tres días porque, como los piojos se alimentan cada cuatro o seis horas de la sangre del huésped, no pueden vivir tanto tiempo aislados y morirán.

 

EVITAR LA PROPAGACIÓN. Para evitar el contagio entre los miembros de la familia, conviene también revisar el cabello de todos sus integrantes -niños y mayores- tan pronto como se detecta el problema. Asimismo, es fundamental intentar no extender el problema fuera de casa, avisando con celeridad al colegio para que se tomen las medidas pertinentes. 

«Lamentablemente, la falsa creencia de que los piojos solo van al pelo sucio lleva a muchos padres a avergonzarse y a no notificarlo al centro escolar», explica González Zorzano, quien advierte además de que «esta decisión aumenta mucho el riesgo de que los niños de la misma clase se contagien». Por ello, aclara que los piojos van al pelo limpio igual o más que al sucio.

Por otra parte, dado que una de las principales vías de propagación es el compartir prendas y utensilios que tienen contacto directo con el pelo, es crucial insistir a los chavales en que no intercambien elementos como toallas, peines, horquillas o coleteros. 

En el caso de las niñas, hay que estar aún más atentos, no por la largura del pelo, sino porque es habitual que jueguen unas más cerca de otras y que compartan objetos para sujetar el cabello o para cepillarlo. No obstante, hay que tener en cuenta que, sin importar el género, hay menores que tienen mayor tendencia que otros a tener piojos, debido a su composición sanguínea. En estos casos, hay que mantenerse siempre alerta. 

Aun siguiendo todos estos consejos, conviene vigilar el cabello de los niños una vez a la semana en época escolar, usando lendrera siempre que se sepa del algún brote de piojos en el centro. 

En caso de que el niño no tenga piojos pero haya algún caso en la escuela, se pueden utilizar repelentes específicos de piojos de venta en farmacias, sabiendo que son productos distintos de los pediculicidas y que deben usarse solo para prevenir la aparición. Es importante no utilizar estos pediculicidas si no se confirma que existen piojos, ya que se pueden generar resistencias.