Oleadas de solidaridad

J. L.
-

Asociaciones trabajan para elaborar batas y mascarillas, restaurantes ofrecen bocadillos y refrescos para los transportistas y empresas de servicio en carretera ponen a disposición sus instalaciones

Oleadas de solidaridad

A lo largo y ancho de la provincia conquense, las muestras de solidaridad con el personal sanitario y con los profesionales que trabajan para que la ciudadanía tenga los servicios básicos cubiertos, y las ganas de colaborar con los más necesitamos no han decaído. Todo lo contrario. Los ayuntamientos mantienen las prestaciones y las asistencias de sus vecinos, colectivos inventan o idean iniciativas para ocupar y entretener a la población y varias asociaciones buscan voluntarios para que a nadie le falte de nada. Cuenca demuestra en estos días de incertidumbre su gran solidaridad con los más necesitados y hace gala de la enorme humanidad entre los ciudadanos. Los servicios sociales básicos están asegurados en prácticamente todos los casos, pero hay ciudadanos que quieren aportar su granito de arena en la medida de sus posibilidades.

Un claro ejemplo de esa labor altruista es el que han desarrollado en la localidad de Belmonte. Allí un puñado de vecinos ha atendido la llamada de una belmonteña y enfermera en el Hospital cercano de Alcázar de San Juan,  Noelia Lerín, que demandaba ayuda para confeccionar batas. Varias asociaciones de Belmonte se volcaron en esta iniciativa y al día siguiente ya habían preparado batas y material para fabricarlas. La solicitud llegaba en los primeros instantes de la crisis epidémica, cuando no había llegado el material aún al centro hospitalario, por lo que Noelia agradeció la prontitud y celeridad de sus vecinos.

El Bar La Terraza de Santa María del Campo Rus ofrece bocadillos y refrescos gratuitos para todos los camioneros que pasan por la localidad. «Es algo que podemos hacer por vosotros dentro de nuestras posibilidades. Esto es gratuito para todos vosotros que nos estáis dando un servicio a todos los españoles. Gracias por todo lo que estáis haciendo», dicen los propietarios.

Oleadas de solidaridadOleadas de solidaridadIniciativas. En Huete se movilizaron desde que se conoció la orden de confinamiento de la población. El ayuntamiento, a través de sus redes sociales, ofreció información de los comercios de alimentación –carnicerías, pescaderías, fruterías o panaderías– de la localidad a las que se le podía realizar encargos a través de teléfono para que se les sirviese en su domicilio.

Otra de las iniciativas del consistorio optense ha sido la de animar a los más pequeños de la casa a adornar las ventanas de sus domicilios con un arcoíris y posteriormente hacerle una foto para compartirlo en el facebook del Ayuntamiento. «¡Vamos a llenar nuestro pueblo de color y alegría!», anima el mensaje.

Otra empresa, Hernáiz Asistencia de Villares del Saz y Honrubia, recogió en la localidad sábanas, telas y materiales para llevarlas a Mota del Cuervo, donde otros negocios se dedican a hacer mascarillas sin descanso. Además, la compañía conquense de Villares del Saz ha habilitado los aseos y las duchas de sus instalaciones para que todos aquellos transportistas que pasan por las salidas 130 o 133 de la A-3 puedan descansar y asearse antes de continuar con su viaje.

En el taller de costura de la Universidad Popular de Mota del Cuervo, numerosas moteñas se han puesto manos a la obra para ayudar con máquinas e hilo de coser en la fabricación de este material tan necesario. El Ayuntamiento, a través de whatsapp, se coordina con los ciudadanos para que donen telas y participen en la iniciativa. Jacobo Medianero, alcalde de Mota, confirma que se han confeccionado numerosas mascarillas para los trabajadores del Ayuntamiento y otras empresas y particulares siguen elaborándolas para derivarlas a los servicios sanitarios que las necesiten.

En Ledaña, el Ayuntamiento ha organizado a 40 mujeres voluntarias para que cosan batas y mascarillas con las que protegerse del virus.

Estos son algunos ejemplos de la solidaridad que muestran los vecinos de varios municipios, pero lo cierto es que las ganas de echar un cable se extienden por cualquier rincón de la provincia.