Prácticamente el triple, que se dice pronto. Afirmar que en Cuenca hay más perros que niños se queda corto, pues en esa ecuación habría que añadir todos los aumentativos habidos y por haber. En territorio conquense residen 24.406 menores de 14 años, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística. Una cifra que queda en nada en contraposición con la de canes inscritos en el registro de la Junta de Comunidades facilitada a La Tribuna por el Colegio Oficial de Veterinarios, 70.080. Y de éstos, en torno a 2.000 de razas potencialmente peligrosas. La situación ofrece otras comparaciones también muy llamativas. Teniendo en cuenta que la población residente en la provincia –entre españoles y extranjeros– alcanza las 199.080 personas, la media sale a más de un perro por cada tres vecinos. Vamos, que contando a todos los residentes de todas las edades tendríamos que sacar al animal a pasear, como mucho, tres días a la semana. Y dependiendo de cómo fueran los turnos, dos.

Pero la cosa no acaba aquí, pues la cantidad de perros podría ser incluso mayor, ya que todavía hay muchos dueños que no registran a sus animales, a pesar de que la ley obligue a ello. Aunque esa circunstancia «se compensa» porque en el registro oficial aparecen algunos cánidos que todavía no han sido dados de baja por sus tutores, tal y como explica el presidente del Colegio Oficial de Veterinarios, Luis Colmenar. Sea como fuere, el número es «espectacular». El que en las casas haya más animales de compañía que niños no es algo inherente de Cuenca, ni mucho menos. En España hay 13 millones de mascotas –la mayoría perros–, más que seres humanos menores de 15 años.

Castilla-La Mancha cuenta desde finales de 2020 con una de las normativas más ambiciosas y vanguardistas en materia animal. La nueva Ley de Protección, Bienestar y Defensa de los Animales vino a sustituir una legislación anacrónica que llevaba sin actualizarse unas tres décadas. Esta nueva ley mantiene una serie de obligaciones y prohibiciones generales para los poseedores. Una de las principales novedades hace referencia precisamente a la identificación del animal, dado que hasta ese momento la legislación regional tenía establecido un doble sistema de registro, uno autonómico y otro en cada uno de los municipios, a través del censo municipal. Sin embargo, con esta nueva propuesta existe un único registro gestionado por el Consejo de Colegios Profesionales de Veterinarios de Castilla-La Mancha bajo las directrices de la Consejería con competencias en materia de identificación y registro de animales, al que tendrán acceso las administraciones con competencias en el ámbito de aplicación de esta ley.

Entre las prohibiciones generales que establece la nueva ley destaca el maltrato, la práctica de mutilaciones con fines exclusivamente estéticos, el sacrificio sin reunir las garantías previstas, el mantenerlos permanentemente atados o encadenados, la donación con fines publicitarios o como premio o el empleo de animales en circos, publicidad, fiestas populares y otras actividades, si ello supone sufrimiento, dolor u objeto de tratamientos antinaturales.