Joel y Ellie, más humanos que nunca

Sara Borondo
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El 'remake' para PS5 respeta la historia y ofrece espectaculares mejoras gráficas y en la jugabilidad

Joel y Ellie, más humanos que nunca

Corría el año 2013 y todavía pensábamos que en el hipotético caso de que un virus grave llegase a todos los rincones del planeta los seres humanos nos uniríamos para sobrevivir mejor. Un padre recibía un regalo de cumpleaños de su hija y poco después se desataba el infierno de la infección de Cordyceps que convierte a los infectados en agresivos seres caníbales. 

Comenzaba así una aventura en la que Naughty Dog golpeaba el corazón del jugador para que supiera que le esperaba una aventura llena de acción, de disparos y de tensión, pero también que iba a presenciar una de las mejores evoluciones de personajes que se han visto en los videojuegos, la de un Joel desencantado que ha sufrido demasiados golpes en la vida y la adolescente Ellie, más dura de lo que su frágil apariencia hace creer. 

The Last of Us supuso un punto de inflexión en los videojuegos tanto por una jugabilidad que mezclaba de manera impecable los tiroteos con el sigilo, una trama que el jugador sentía cercana, unos gráficos con un realismo en las animaciones insólito para la consola en la que salió el juego, PlayStation 3, y el tratamiento de temas como la culpa, el apego, la amistad, la esperanza, la redención o hasta dónde lleva al ser humano el instinto de supervivencia. Un año después, una versión remasterizada para PlayStation 4 demostró que era posible incluso mejorar la experiencia visualmente.

Joel y Ellie, más humanos que nuncaJoel y Ellie, más humanos que nuncaEste remake de la primera aventura en PlayStation 5 -y que parece ser que también saldrá en PC más adelante- se enfrenta no solo al recuerdo que tenían los jugadores de aquellas versiones sino también al de la segunda parte de The Last of Us, que salió hace dos años. El resultado es que no ha perdido nada de vigencia, lo que demuestra la solidez de la jugabilidad y la historia diseñadas por Bruce Straley y Neil Druckmann.

Naughty Dog ha puesto toda la carne en el asador y no se ha limitado a una actualización gráfica; la versión para PS5 rehace todo lo que había, excepto el doblaje. Hay algunos cambios, entre los que destacan los visuales, con la calidad gráfica de la nueva consola de Sony. Algunos escenarios muestran un aspecto diferente, más detallado y, sobre todo, con una iluminación más real, y los enemigos se ven más escalofriantes todavía, pero quizás donde más llaman la atención las novedades es en los personajes. 

El primer The Last of Us, y su remasterización, estaban a un paso de superar el valle inquietante, esa percepción de que los humanos creados por ordenador tienen un algo extraño que los aleja de los reales. Los videojuegos han derribado esta barrera durante estos últimos años y ahora Joel y Ellie llegan al jugador de una manera más emocional, se percibe un gesto casi imperceptible de dolor ante un comentario y las miradas tienen expresividad.

A esto hay que sumar las posibilidades del DualSense con los gatillos adaptativos y la vibración háptica que consigue que desde los primeros momentos, con una suave vibración, el corazón se acelere. 

Además de mejorar la conexión entre lo que sucede en pantalla y el jugador, el remake para PS5 incluye más opciones de dificultades, incluida una para no jugadores que facilita mucho la experiencia, y, sumándose a la tendencia actual de los productos de Sony, también añade numerosas opciones de accesibilidad para aquellas personas que tengan problemas visuales, auditivos o motóricos.

Quienes no probasen esta historia en las consolas anteriores lo saborearán con toda su fuerza y descubrirán las sensaciones que puede transmitir un videojuego. Quienes ya disfrutaron con la primera parte de la trama -en un mundo diferente, con unas consolas diferentes y siendo menos maduros- la redescubrirán con esos nuevos aspecto y opciones (incluyendo el DLC Left Behind) para averiguar que sigue siendo una obra maestra.