Golpes de pasión y esfuerzo

Marta Mora
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La golfista Esther del Valle logra hacer historia en el golf de Cuenca tras conquistar el torneo del Escavillo

La golfista conquense Esther del Valle entrena en el campo de golf Villar de Olalla - Foto: Reyes Martínez

Sólo lleva unos años jugando al golf, pero Esther del Valle ya es historia en Cuenca. La golfista conquistó hace unos días el Torneo del Escavillo y se convirtió en la primera mujer en conseguirlo. Con esfuerzo y sacrificio logró escribir su nombre en este histórico torneo que cada año organiza el club de golf La Vereda, del cual es socia. Fue allí donde se sacó la licencia de juego. Pero Del Valle también forma parte del club Villar de Olalla, por lo que este deporte es un estilo de vida para ella.

Disfruta y es feliz jugando, golpeando a la bola con sus hierros. Es un deporte que requiere mucho entrenamiento, pero como dice ella «engancha mucho». El golf es la conexión perfecta entre el pensamiento, el cuerpo y el campo. «Es un deporte tan difícil que te motiva a superarte mucho». Cada día que se juega y entrena, todo es muy diferente. No hay unas habilidades concretas, como si las hay en otros deportes, sino que «tienes que amoldarte al campo, a lo que es la climatología de ese día y también a como estés de actitud. Es un deporte en el que la cabeza manda mucho», cuenta Del Valle. Por lo que tener la cabeza despejada hace que «tengas buenos resultados», asegura.

La faceta psicológica es «muy importante», al igual que la actitud. Pero sin duda, el factor campo es la clave de este deporte. Esther entrena tanto en el campo de La Vereda, como en el de Villar de Olalla, dos terrenos «muy diferentes», comenta. «Uno es de hierba y otro es rústico, es campo natural. El amoldarte a cada uno de ellos es fundamental porque una bola no rueda igual en una alfombra segada perfectamente, en césped verde, que en un campo lleno de maleza de los pinos», resalta. Asimismo, añade que «la bandera es otro tema esencial porque cada día está situada en un sitio, entonces dependes de ella».

La variación en su ubicación hacen el juego para el golfista más dinámico y retador, porque «no es lo mismo embocar la bola estando cuesta arriba, que en otra ubicación», afirma. Las banderas son el símbolo del hoyo, señalando al jugador su objetivo. Pero Esther es una persona a la que le gustan los retos ambiciosos. «Mi objetivo es bajar el hándicap este año», subraya. El hándicap es lo que marca el nivel del jugador. Actualmente, tiene una valoración de 26 y su meta es «bajar a 20 o menos». Es consciente de que es «complicado», pero tiene ese objetivo, al igual que quiere «potenciar el golf femenino». Es por ello que participará, junto a sus compañeras, en la liga de golf femenina de Castilla-La Mancha.

Pero Esther ya ha demostrado de lo que es capaz de hacer. Ha roto barreras en el golf conquense tras hacerse con el Torneo del Escavillo, por lo que se siente «muy contenta». Y no es para menos, porque es un campeonato «muy difícil». «Tienes que apuntar todos los golpes, porque cuando haces todo el hoyo con el mismo hierro tienes que medir muy bien el golpe para que la bola ande menos y es muy difícil», explica.

Además, asegura que los días de antes de la competición estuvo comentando con diversos jugadores, conocedores del torneo, la complicación del mismo. Es por ello que se lo propuso como «un objetivo». «Soy una persona de objetivos difíciles y me propuse hacerlo muy bien», destaca, pero «para nada me pensaba que lo iba a ganar». Sin duda, la motivación, ambición y la fuerza de voluntad han llevado a Esther a ser un ejemplo en el golf conquense.