El cirujano de la electrónica

Leo Cortijo
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Pedro y su mujer Sandra desembarcaron en Cuenca hace 12 años para abrir una tienda de electrónica. Echaron raíces, tuvieron tres hijos y hoy su negocio es un gran referente.

El cirujano de la electrónica - Foto: Reyes Martínez

Si se enchufa o lleva pilas, lo arreglamos o lo vendemos. Esa es la ingeniosa y muy bien traída carta de presentación de Pedro, un ingeniero de telecomunicaciones que, desde hace 12 años y junto a su mujer Sandra, dirige las riendas de Peysanet, una empresa que se dedica a todo lo que tiene que ver con la electrónica. Y cuando decimos a todo nos referimos a absolutamente todo. Sin excepción. De ahí el llamativo eslogan. Desde el amplio abanico de la informática hasta los repuestos de electrodomésticos, pasando por televisión, consolas, radio, relojes, teléfonos móviles, fotografía... no hay nada que se le resista. Lo último en lo que se ha embarcado son los mandos de los coches, que es algo «muy demandado» y por lo que trabaja con algunos talleres.

Pero es que Pedro, cuando solo era un niño, no jugaba con el balón o con los geyperman. Aunque él no se acuerda, cuenta que sus padres le vieron hacer su primera soldadura con cuatro años. Así empezó un camino que siguió a los cinco intentando arreglar el microondas de casa, aunque el experimento no salió bien. A los siete, sin embargo, sí arregló una consola Atari que el servicio técnico le había dicho que estaba para tirar. A todo esto, por aquellos entonces, se le podía etiquetar como «trasteo». Bien, pero trastear al fin y al cabo.

Lo que apuntó a todas luces a esa temprana edad es que su vocación estaba meridianamente clara. «Durante toda mi vida, cada vez que salía el tema de la electrónica, tiraba por ahí», explica. Y por eso estudió Ingeniería de Telecomunicaciones. En la carrera, por cierto, conoció a su mujer, la otra mitad de Peysanet, y es que ambos forman un tándem perfecto. Mientras Sandra se encarga del software y la página web, Pedro hace lo propio con el hardware.

Pedro es el cirujano de la electrónica. En su mesa de operaciones, disecciona cualquier artefacto o aparato en busca del problema y con una precisión quirúrgica –algunas soldaduras exigen utilizar microscopio– saca al enfermo del coma en el que se encontraba. Y lo hace divirtiéndose. Su trabajo no solo es tal, también es su principal afición y eso se comprende al instante al escuchar la pasión con la que habla. «Si tuviera más tiempo libre, haría lo mismo que hago, pero sin cobrar», añade entre risas. Y más todavía si la compañera de viaje en este sentido es tú mujer. «Somos unos frikis de la electrónica» y quizás por eso el matrimonio marcha tan bien.

El perseverante y concienzudo Pedro no para hasta que lo consigue, por imposible que parezca. No será la primera vez que le marcan un reto de difícil consecuencia que, si se le pone entre ceja y ceja, allá que va. Como cuando arregló el velocímetro de un Porsche al que ni el fabricante daba respuesta.

Sin embargo, lo mejor de todo es la historia personal que hay detrás de Peysanet. Pedro y Sandra, nada más terminar su formación, hicieron un estudio de mercado para ver dónde podían instalar una tienda de electrónica. Vieron que en Cuenca no había una de este calado, hicieron las maletas y dejaron su Jaén natal para venirse a la ciudad «a la aventura total». Echaron raíces y éstas germinaron. Aquí nacieron sus tres hijos, César, Jorge y Pedro, que están a punto de cumplir dos, cuatro y seis años, respectivamente. Alguno de ellos –mimbres hay– seguirá los pasos de sus padres. Y si por Pedro fuera, en Cuenca para toda la vida «porque esta ciudad me encanta». La familia está en su salsa y es feliz. Y es que Cuenca, entre otras muchas cosas, tiene eso, que recibe con los brazos abiertos a la gente buena. Y ellos lo son.