Javier Caruda de Juanas

Javier Caruda de Juanas


Unas escaleras, una iluminación y Sheldon Cooper

12/05/2022

Toda la vida creyendo que Pegaso era aquel caballo alado que llegó a figurar entre la nómina de dioses y ha acabado vinculándose su nombre a un programa informático que sirve para saber lo que piensa, hace y desea aquella persona que tiene cierto interés público. No hay nada más español que esto, desde luego. Claro, que no es lo mismo preguntar por lo que le pasa a fulanito sentado al fresco en una silla de anea que meter en tu móvil un programa para ver algo más que las fotos que uno pueda llevar. Pero, por un momento, a todos nos gustaría saber qué se cuece o qué se decide en los foros de poder para estar enterados de por qué se hace una cosa o se decide otra. Quizá nos sorprenderíamos, también les digo. Uno de los proyectos más controvertidos, largos, deseados, necesarios que quiere llevar adelante nuestro consistorio es el manido acceso al casco antiguo. Varias han sido las ideas que han ido sonando hasta ahora: ascensores, remontes, escaleras mecánicas…Parece que, poco a poco, este proyecto  comienza a llegar a su final. Dos empresas han presentado ofertas para la redacción del proyecto de escaleras mecánicas al casco antiguo. En sí ya es una buena noticia, por supuesto. Harina de otro costal es seguir mareando la perdiz sobre si es el mejor proyecto o si llega con retraso. Lo importante es que empieza a tomar visos de realidad la solución a un problema que debería haber estado resuelto hace muchísimo tiempo. Ojalá vayan de la mano burocracia y deseo ciudadano para que la inauguración de estas escaleras sea más pronto que tarde. Pienso igual de la esperada reforma del mercado de la Plaza de España. Proyecto necesario e importante que, de momento, se encuentra en ese limbo administrativo que nos ilusiona cuando hacen algún anuncio relativo a la situación del mismo pero que nos baja a la realidad cuando nos damos cuenta de que la última actuación es aprobar el expediente de redacción del proyecto. Vamos, que en quince días esto no va a estar, no. Bien está empleado el tiempo si se llega a buen puerto, claro.  Y aunque estas noticias nos dejan a medio camino entre la ilusión y el desengaño, algo parece que se mueve. Igual que ocurre con, quizá, el monumento capitalino más conocido fuera de nuestras fronteras provinciales. La noticia de la posible apertura del restaurante de las Casas Colgadas en los próximos meses, así como la renovación de la obsoleta iluminación de nuestro icono por excelencia nos muestra que, poco a poco, nos vamos acercando a la realidad ciudadana deseada por todos. Decía Sheldon Cooper, el popular doctor de la serie The Big Bang Theory, que se le olvidaba que las personas normales tienen límites. Es cierto que la necesidad de cerrar problemas nos lleva a una impaciencia infinita y nos gustaría conocer todos los detalles de aquello que nos concierne. Vamos, que todos llevamos un Pegasus doméstico dentro.