El Teatro Auditorio acoge este jueves una reinterpretación de la tragedia de Sófocles sobre el desdichado rey de Tebas, en cuya piel se mete el actor Alejo Sauras. Edipo. A través de las llamas, una coproducción del Festival de Mérida junto al Teatro Español y Pentación Espectáculos, cuenta con Alejo Sauras y Mina El Hammani al frente de un elenco en el que también están Julia Rubio, Eduardo Mayo, Omar Zaragoza, Jiaying Li, Alejandro Linares y Diego Rodríguez. 

Alejo Sauras (Baleares, 1979) se mete de lleno en uno de esos personajes «llamados imposibles» que marcan un antes y un después en la vida de un actor. Así lo reconoce este intérprete que tiene a sus espaldas una sólida carrera. Ahora vuelve a subirse a los escenarios con una propuesta contemporánea en la que la tragedia clásica y el thriller psicológico se unen de gracias a la adaptación del dramaturgo Paco Bezerra y bajo la dirección de Luis Luque. 

Sauras saltó a la popularidad en series de televisión como Al salir de Clase o Los Serrano, y más recientemente protagonizó Estoy Vivo. Ha participado también en numerosas películas y con Edipo. A través de las llamas vuelve a pisar las tablas después de La cocina, en 2016.

¿Qué Edipo va ver el público de Cuenca en el Teatro Auditorio?

Va a ver un Edipo moderno, totalmente contemporáneo. Entiendo que el espectador espera ver un clásico dado que la obra está escrita hace 2.500 años, pero lo cierto es que la versión de Paco Becerra es completamente contemporánea, como lo es la dirección o el vestuario. La escenografía es completamente atemporal, no hay elementos en escena más allá de una pared y una escalera que apenas se usa. Básicamente, somos los actores con ropa sencilla, no de la época, y nuestro texto.

El estreno de Edipo. A través de las llamas en el Festival de Teatro de Mérida fue un éxito y también lo ha sido en Madrid. ¿Cómo está siendo la acogida del público en la gira?

Ha sido igual de buena que en Mérida y que en su representación en el Teatro Español de Madrid. Estamos encantados. Al público le gusta mucho y cuando termina la representación nos lo hacen saber y eso a nosotros nos llena. El público disfruta la obra, la entiende y nos lo trasmite. 

¿Cómo se mete en el papel de un personaje tan complejo como Edipo?

Fue un proceso largo y complicado. Es un personaje de los llamados imposibles, y realmente con razón. El proceso por el que tienes que pasar encima del escenario,  a lo largo de la función, es difícil. La curva del personaje es muy complicada y comprometida. Acabo agotado. 

¿Qué enseña este mito clásico, en especial a los más jóvenes, a las nuevas generaciones?

La función es la misma que la original, salvo algunos cambios que responden a la adaptación de los tiempos más que al fondo de la función en sí. Edipo habla del sacrificio que las personas hacemos y hasta dónde estamos dispuestos a sacrificarnos y por quién. Cualquiera tiene asumido a día de hoy que está dispuesto a sacrificarse hasta donde haga falta , pero no por cualquiera, sino por las personas que tiene cerca como unos hijos, padres, hermanos... pero las que conforman nuestra sociedad son muchas más personas y todos dependemos unos de otros en una medida mayor de la que creemos. Y aunque no sea por esa dependencia sino por el sentimiento de responsabilidad colectiva, la función nos hace preguntarnos hasta dónde estamos nosotros dispuestos a sacrificarnos. 

Y Edipo lo hace en medio de una ciudad en llamas...

La ciudad en la que vive Edipo, que es Tebas, está a punto de arder porque el fuego la rodea y es imposible apagarlo. Edipo, como responsable de ellos, como rey de la ciudad, está buscando la forma de poder salvarlos, y en un momento descubre que la razón es él y la solución pasa por él, por su sacrificio. Entonces se plantea hasta qué punto es importante conocerse a uno mismo y saber hasta dónde estamos dispuestos a llegar para sacrificarnos por los demás y cuánto vamos a dar para ayudar a la gente.

¿Y probablemente también se plantea una búsqueda de la verdad?

Sí. Todo va englobado. Edipo va poco a poco sospechando que la causa de todos los males es él. La reina Yocasta, un en momento dado, le frena y le dice 'deja ya de intentar averiguar la verdad'. Y él no duda. No se plantea que si le verdad me perjudica es mejor que dejemos de buscarla. Edipo busca la verdad a cualquier coste y a cualquier sacrificio. Eso es lo que se plantea en la obra al espectador, hasta donde estás dispuesto a llegar para encontrar la verdad para salvar a tu pueblo a sabiendas de que a lo mejor esa verdad te perjudica.

El electo de actores y actrices de la obra es muy joven. ¿Ha sido un aliciente? ¿Un estímulo?

Ha sido un aliciente, absolutamente. Esto forma parte de la campaña de intención de las instituciones públicas de acercar el teatro a los jóvenes y ha sido un acierto absoluto. También es necesario que haya actores jóvenes que representen las funciones clásicas para que sigan vivas. Eso ayuda a que los espectadores jóvenes se acerquen. Están viniendo muchos, y muchos se quedan después en el teatro para charlar en la puerta. Me sorprende unos espectadores jóvenes que se encuentran con una función que esperaban diferente.

¿Este papel de Edipo marca un antes y un después en su carrera como actor?

Sí. Un papel como el de Edipo marca un antes y un después en la carrera de cualquier actor. Son personajes que cambian por completo tu prisma de la profesión, del oficio y de la manera de enfocarlo. He aprendido muchísimo en esta función y ahora me siento con mayor capacidad para enfrentarme a otros personajes.

¿Es muy complicado combinar las funciones con los rodajes con los que está en la actualidad?

Lo he podido combinar bien porque me han ayudado mucho. Tenía compromisos con series y por eso la gira se retrasó un poco también. Cuando terminé en el Teatro Español paramos un tiempo, hice la serie y luego empezamos con la gira. Entre medias de la gira también he hecho alguna grabación pero lo he podido compaginar muy bien. Estoy muy agradecido a todos.