La distancia que separa este invernal 6 de febrero del próximo 28 de mayo, ya primaveral, promete ser espectacular en lo político. Sí, lo sé. Es normal que en este preciso instante haya arqueado las cejas y piense que el que escribe esta columna ha perdido el juicio. ¿A quién le puede apasionar la política? Soy de aquellos, cual rara avis, a los que la mezcla entre política, periodismo y comunicación les encanta. Desde niño siempre he tenido unos gustos un poco raros en este capítulo, pero qué le voy a hacer... Sea como fuere, el periodo que se nos viene –ya bautizado como precampaña– es de órdago. Los periodistas, que pasamos más tiempo con los políticos que con muchos miembros de nuestra propia familia –y es literal– bien lo sabemos. Pero es así, son gajes del oficio y los llevamos medianamente bien.
Después de alguna ida y venida, especialmente rimbombante y sorpresiva en el Partido Popular, las diferentes formaciones ya saben con qué huestes batallarán en las urnas. Salvo alguna excepción puntual de si sí o si no (Gómez Cavero deshoja la margarita... ya veremos). El PSOE blinda a su opción con aquello de que 'quien tiene alcalde, tiene candidato'. Dolz ya ha pedido que la ciudadanía le otorgue de nuevo su confianza para seguir desarrollando los proyectos iniciados. Entre sus argumentos, uno me llamó mucho la atención porque pone el foco en un asunto que puede ser determinante: «Cuenca tendrá que hacer una apuesta a largo plazo por un equipo de Gobierno para que de verdad tenga la oportunidad de cambiar algo». El Ayuntamiento ha sido una sempiterna trituradora de alcaldes y Dolz quiere invertir esa inercia... ¿Lo logrará?
Enfrente está Beatriz Jiménez, que ya ha puesto la sala de máquinas al máximo. La semana pasada se prodigó en multitud de actos y escenarios, remando a marchas forzadas contra su principal hándicap: su designación se produjo algo tarde y el tiempo apremia. No puede dejar escapar ni un segundo. Cuestión aparte es cómo gestiona ese tiempo y de qué manera...
Más allá de la incógnita de Cuenca nos Une, los otros actores principales de esta película tienen claro el papel que pueden llegar a jugar. Cristina Fuentes y su Ciudadanos, a defender con uñas y dientes la representación que ahora ostenta. No será fácil, cabalga a lomos de un caballo que ha perdido mucha fuerza. La misma que ganará la opción a la izquierda de la izquierda –Podemos, Izquierda Unida y Equo– si terminan yendo de la mano y no como hace cuatro años... Ojo, que éstos pueden ser bisagra. Como también lo puede ser Vox en el otro flanco, cuyo candidato, por cierto, avanzamos en primicia hace unos días. Es verdad que la ola del partido de Abascal no tiene la envergadura de unos hace meses, pero sacar algo, sacarán.
Los que han perdido algo de fuelle o, mejor dicho, no han terminando de hincharlo del todo, son los outsiders..., el más allá de lo convencional. Hablo, principalmente, del Cuenca Ahora de Cruz Fernández Mariscal y del Decide Cuenca de Dámaso Matarranz.