La situación sanitaria en Cuenca preocupa y mucho entre la clase política, y la delegada de la Junta de Comunidades en territorio conquense, María Ángeles Martínez, no es una excepción. El virus vuelve a golpear con dureza y a dejar claro que «en el momento en que nos movemos y nos relajamos se aprovecha para expandirse». Circunstancia que hace que todos los indicadores repunten, empezando por la incidencia acumulada y terminando por la presión hospitalaria. Y todo a pesar de que –en principio– hubiera una buena batería de medidas de prevención en Semana Santa. Aún así, comenta la delegada, «ha habido movimiento entre ciudadanos de la región y entre las provincias y eso nos ha pasado factura».

En este sentido, subraya que ahora los ingresados son gente «mucho más joven» que antes, lo que refleja que la vacunación entre las personas mayores tiene su efecto positivo, ya protegidos en la mayoría de casos. Por esa razón, pone el foco en que se está haciendo una gran labor en este campo y que abril será «un mes clave» para avanzar de forma «notoria» en la inmunización de la población.

Así las cosas, Martínez llama, una vez más, a la «responsabilidad» y a «mantener las medidas que nos recomiendan las autoridades sanitarias, que nos las sabemos todos». Se trata del último empujón: «Pido aguantar un poquito más porque ya estamos viendo la luz prácticamente al final del túnel de esta batalla tan cruel que nos ha tocado librar».