Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


El Brexit nos amargará -más- la existencia

14/12/2019

El triunfo del brexit es una pésima noticia para la Unión Europea y por tanto para España, y el tiempo dirá si lo es también para el propio Reino Unido, que este viernes vivió la euforia de una salida de la UE que Boris Johnson quiere culminar en el mes de enero, pero que un porcentaje alto de británicos acepta con preocupación y desaliento.

Quedan por delante unos años de transición para encajar los asuntos pendientes, en los que los españoles que residen y trabajan en el Reino Unido tendrán que ajustar su vida a la nueva situación, como habrá británicos en España que también atravesarán dificultades. Por no mencionar a las empresas españolas que tienen que pensar en nuevos destinos para sus productos. Pero hay un asunto inquietante aun más para España: la utilización que va a hacer el independentismo.

La líder del SNP - partido nacionalista-independentista escocés- Nicola Sturgeon, que ha tenido un éxito arrollador haciéndose con 48 de los 59 escaños que correspondían a Escocia en estas elecciones, ha anunciado que va a pedir la celebración de un segundo referéndum de independencia porque pretende seguir dentro de la Unión Europea. Se celebró un referéndum hace 5 años, que ganaron los unionistas por escaso margen, y hoy, si los escoceses tienen una segunda oportunidad, no hay duda que la opción independentista triunfaría con facilidad. El referéndum del brexit del 2016 tuvo un resultado masivo a favor de mantenerse en la UE, y ahora con más razón saldría la opción europeísta … solo posible si Escocia es un país independiente.

En España, le va a faltar tiempo a los independentistas catalanes para exigir un referéndum tomando como ejemplo el escocés, aunque no hay un solo punto de coincidencia entre la historia de Cataluña y de Escocia. El tratado de la Unión británica al que llegaron en 1707 Inglaterra y Escocia era un tratado entre Estados, mientras que Cataluña nunca lo fue. Un tratado entre estados que permite que se revierta la situación a través de un referéndum que cuente con la aceptación previa del gobierno que les une, más el escocés y los respectivos parlamentos. El referéndum del 16 fue pactado, legal y en ningún caso inconstitucional porque el Reino Unido no tiene Constitución, y por tanto ningún texto de obligatorio cumplimiento que, como nuestra Constitución, recoja que el territorio español es indivisible.

Todo esto lo saben los políticos catalanes y los ciudadanos que se hayan tomado la molestia de estudiar la historia. Sin embargo, el brexit y la reacción -esperada- de Sturgeon va a servir de ariete político para los independentistas que no pierden ocasión de manipular y movilizar a sus masas. Situación que se agrava ante unas negociaciones con un gobernante que respeta la Constitución según le convenga.

Por tanto, los españoles va podemos prepararnos para empezar a beber la copa de la amargura: esto no ha hecho más qwue empezar.