Algo más que agua

Jonatan López
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Delfis Cuenca echa el cierre a su actividad, tras más de 20 años de formación y cursos para discapacitados, embarazadas o neonatos en el medio acuático, y cosechar varios títulos y medallas en campeonatos del mundo

Algo más que agua

Miguel B. Ortega, a quien todo el mundo conoce como El Pesca, ha dedicado buena parte de su vida a la natación adaptada para discapacitados, al socorrismo, al mantenimiento de piscinas, o la matronatación para gestantes y bebés en Delfis Cuenca. Este profesional de la natación, que se despide de la profesión tras más de 20 años de andadura, asegura que lo que más le ha interesado son «los niños y bebés cuando tienen una discapacidad».

En la pared del negocio que ha regentado durante estos años aún son visibles los títulos y diplomas que ha atesorado Delfis. Poco a poco, Ortega los irá apilando en cajas, junto a los manuales y los métodos que él mismo ha articulado y escrito en este tiempo. 

«Lo que más nos ha motivado en estos años es salvar una deficiencia visual o física de un niño, a través de la formación. Hemos estado en todas las piscinas de España, aprendiendo y aprendiendo para evolucionar en estos últimos años», dice el entrenador, quien cuenta que esta aventura comenzó con «un centro de discapacitados. Eran retos, puesto que la piscina de Cuenca no estaba adaptada a la temperatura para este colectivo».

Algo más que aguaAlgo más que aguaEn este tiempo, dice llevarse «una gran cantidad de gente buena y de profesionales que me he encontrado por el camino. En cursos, en charlas, en las que te llevas gratitudes. En estos últimos días he reflexionado mucho en todo y en la forma de trabajar que he aplicado». Sin embargo, y a pesar de que «ahora toca descansar», dice «tener mucha información» y «saber demasiado como para dar algún curso. Estoy preparado para echar un cable en lo que haga falta».

La trayectoria laboral del profesor de natación está ligada a los numerosos éxitos que tuvo uno de sus pupilos. Eduardo Cruz Gómez era un joven de Mota del Cuervo que se quedó ciego por una enfermedad, cuando apenas tenía ocho años, y que triunfó en la natación adaptada con varios triunfos de renombre. «Él había montado en bicicleta y tenía unos equilibrios para trabajar. Lo integré en los cursos y desde el principio vi en él mucho potencial». De hecho, la progresión se hizo patente en poco tiempo y los éxitos no tardaron en llegar.  

«Tenemos un récord de España, de 50 metros mariposa, que todavía no nos han quitado. De ahí comenzamos a saltar a los campeonatos de Europa y sacamos mínimas para acudir a los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008, campeonatos del mundo de Sudáfrica o en Río de Janeiro. Hemos recorrido medio mundo», relata el monitor, que recuerda que tenía que «acudir a la piscina de Motilla del Palancar o a Rivas-Vaciamadrid a entrenar con Eduardo. Necesitábamos una piscina de 50 metros para los campeonatos y no valían las de 25 que había en la provincia». 

La etapa competitiva y exitosa del nadador invidente acabó, pero Ortega mantiene una estrecha relación con nadador moteño. «Está en Madrid. Ha acabado la carrera de fisioterapia y está vendiendo cupones de la ONCE», comenta. 

En este tiempo, entrenó a otros deportistas discapacitados y del colectivo nacional de ciegos, caso de Sergio Aznárez, con diversas técnicas que no solo se basaban en lo puramente competitivo. No obstante, señala que Delfis «no tenía más medios para trabajar y tratamos que, gracias a a sus profesores, hiciesen otras actividades». Por ejemplo, «en Buenache de la Sierra llegamos a hacer equitación. Enseñarles a montar a caballo y a relacionarse con el animal».

En cuerpo y alma. El profesor reconoce haberse dedicado en cuerpo y en alma a su profesión, y dice sentirse orgulloso de haber trabajado con la ONCE o el Comité Paralímpico Español, entre otras organizaciones y colectivos.

«Eso se queda dentro. Me siento emocionado, porque aunque hasta tenemos una calle en la ciudad –dedicada a Eduardo Cruz Gómez– siento que Cuenca no nos ha apoyado todo lo que pudo. Hay gente a la que se le da un pregón por participar en un talent show. A nosotros nos dieron una bolsa de llaveros del Ayuntamiento con el Campeonato de España, que Delfis organizó en Cuenca en 2007 y en el que se cosecharon ocho récords». Lo mejor que se lleva, sin duda, es la confianza de los monitores, socorristas o de las asociaciones, a quien agradece su apoyo.