Las dos principales formaciones nacionales afrontan la segunda mitad de la legislatura en medio de convulsiones internas con un horizonte impredecible. La izquierda en el poder vive extrañas turbulencias, nada anecdóticas por cierto, al hilo del emergente protagonismo de Yolanda Díaz, designada por Pablo Iglesias como su heredera en el Gobierno y en el partido. La vicepresidenta y titular de la cartera de Trabajo ha desarrollado una enorme actividad política en diversos frentes que le ha conducido a un protagonismo mediático y social, que se refleja ya en los sondeos. Díaz ha combatido y vencido en diferentes batallas en contra del criterio de compañeros del Ejecutivo, como ampliación del aeropuerto de El Prat, salario mínimo y ahora la reforma laboral, empeño en el que no ha conseguido la victoria que pretendía.
Parece que la idea de Yolanda Díaz, que no es miembro de Podemos sino que proviene de la izquierda comunista gallega, es armar un frente amplio en el que se integren diversas corrientes que atraigan el voto que pulula más allá del PSOE. En este empeño está, y ya ha lanzado ofertas de incorporación a algunas dirigentes periféricas como Ada Colau, Mónica Oltra y también a Mónica García, más conocida como 'médica y madre', que lidera las filas de Más Madrid. Esta iniciativa ha despertado recelos en el seno del PSOE, donde ya han empezado a contemplar a Díaz más como un rival que como una compañera de coalición. Menudean las turbulencias y crecen las tensiones.
En el otro lado del tablero también hay convulsiones ya que el PP está viviendo un terremoto inaudito que tiene como eje la figura de Isabel Díaz Ayuso, a quien la dirección nacional pretende cerrarle el paso en su camino natural a la presidencia del partido en su región, como es lo habitual en todas las comunidades.
Tanto ha subido el tono de la disputa que ahora mismo parece imposible que se solucione mediante un acuerdo o un pacto de no agresión. Pablo Casado y su lugarteniente, Teodoro García Egea, no parecen dispuestos a ceder posiciones en tanto que Isabel Díaz Ayuso está dispuesta a llegar hasta el final.
Parece que la única solución pasa por unas primarias, en las que entraría también en juego José Luis Martínez-Almeida, alcalde de la capital, embarcado en este combate por parte de Casado. Unas primarias tendrían efecto desgarrador en la interna del primer partido de la oposición, cuyo único objetivo habría de ser el sacar al PSOE de la Moncloa.
Da la impresión de que algunos no se quieren enterar o que optan por defender sus intereses por encima de su partido y aún de la Nación.