La campaña de recogida de aceituna puede ser la peor en una década por culpa de la sequía, con un descenso en la producción de aceite de oliva de cerca del 50% respecto a 2021 y un resultado final por debajo del millón de toneladas, estiman las cooperativas y las organizaciones agrarias. Entre los olivareros hay mucho pesimismo ante la escasa pluviometría registrada, que hará imposible que se repita una campaña como la del año pasado, que cerró en 1,4 millones de toneladas de aceite.
Las previsiones de los expertos apuntan a que se estará más cerca de la última mala cosecha hasta el momento, la de 2012, cuando apenas se superaron las 620.000 toneladas, y aunque indican que aún es pronto para aventurar un dato concreto, sitúan la producción de este año alrededor de las 800.000 toneladas. En los secanos la reducción podrá llegar al 80% o 90%.