Parece que la no presencia de José Luis Gayà en la concentración está trayendo cola. Y es que ayer se supo que, según los servicios médicos del Valencia, club en el que el internacional es capitán, el alicantino estaba listo para jugar el próximo miércoles, es decir, contra Costa Rica, por lo que no se entiende que se haya quedado fuera del Mundial por un esguince leve del tobillo.

«No es fácil de asimilar que uno de tus sueños de niño se va al traste por un esguince leve. Pero las cosas a veces vienen así y las debemos aceptar», escribió en las redes sociales el futbolista, que quiso agradecer las múltiples muestras de cariño de la afición de su club, que está muy enfadada con Luis Enrique por no haber esperado a su 'buque insignia'.

Pero hay más factores. Y es que ayer se supo que Hugo Guillamón, que también pertenece a los 'che', está descartado para el encuentro contra los 'ticos' y es seria duda para el partido ante Alemania. Lleva con problemas físicos desde el pasado martes. Sin embargo, no se ha planteado su marcha. ¿La razón? Su posición está más que cubierta. Y justo ahí se encuentra la clave por la que Gayà tuvo que hacer las maletas: en el lateral izquierdo el titular es Jordi Alba, pero necesita alguien de 'refresco'.  

En el esquema del seleccionador hay una tremenda exigencia física y, sobre todo, con los laterales, que defienden casi en campo contrario. Es prioritario para él disponer de, al menos, dos especialistas por cada banda en plenitud de condiciones.

A esto hay que añadir que el lateral culé va camino de los 34, por lo que hay que dosificarle. Solo hay que tirar de estadística:De los últimos 11 partidos con la Roja, Alba solo ha completado los 90 minutos en cuatro: Portugal, en Sevilla, los dos contra Suiza de la Liga de Naciones y Suecia. Fue sustituido ante Islandia y entró al campo en la segunda mitad ante Albania, República Checa y Jordania. Se quedó en el banquillo, sin jugar, otras tres veces: contra Checoslovaquia en Praga y ante Grecia y en el último envite contra los portugueses, en Braga.

También se ha hablado de que Luis Enrique esperó a Sergio Busquets cuando contrajo el coronavirus la víspera de la última Eurocopa. «Mi caso es diferente, aunque es verdad que yo no sabía si iba a estar fuera siete u ocho días. Es una cuestión del 'míster', le tienen que preguntar a él», señaló ayer el capitán en un periódico nacional.