Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Un punto de inflexión

07/04/2022

Hay días que pueden pasar sin pena ni gloria en el calendario, o marcar una línea divisoria en muchos aspectos trascendentales. O puede ocurrir que un día marcado en rojo acabe defraudando las expectativas y de forma anodina. Habrá que esperar a que termine este jueves para considerar si ha sido un día que ha marcado un punto de inflexión en la política nacional y en las relaciones exteriores -y nacionales- de nuestro país, o si se asistirá a una sucesión de circunstancias ya vistas. De cómo se desarrollen las reuniones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el nuevo líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, y con el rey de Marruecos. Mohamed VI, dependerá si se atisba un cambio en el tono y en la posibilidad de llegar a acuerdos que mejoren las condiciones de vida de los ciudadanos, y si terminarán por conocer las contrapartidas que ofrece al cambio de posición de España con respecto al Sáhara.

La reunión en La Moncloa entre Sánchez y Feijóo será determinante para marcar el rumbo de la relación entre ambos líderes, para comprobar si hay posibilidad de entendimiento en un momento en el que alcanzarlo es imprescindible, para dar respuestas rápidas y acertadas a una situación económica y política que requiere de acuerdos y pactos de largo alcance. No se trata de que se confunda la pregonada moderación del presidente del PP con la sumisión a los designios del Gobierno, pero tampoco que se pretenda que Sánchez "copie" las recetas que le ofrezca Feijóo, como ha sugerido su 'número dos', Cuca Gamarra, en la sesión de control al Ejecutivo, porque eso es lo que hacía Pablo Casado, con nulo éxito.

El primer contacto entre los dos líderes dará la medida de hasta dónde llega la mano tendida que ofreció Feijóo tras su elección y su voluntad de realizar una política de entendimiento con el Gobierno, alejada del enfrentamiento como norma básica de relación entre ambos; y al mismo tiempo Sánchez debe entender que debe cumplir sus compromisos. El presidente del PP llega con su propuesta de reducción del IRPF de forma "temporal" y Sánchez le recibe con la petición de que apoyen el plan de choque de medidas por la guerra de Ucrania. En ambos casos las posiciones están alejadas. Y aunque la economía manda, porque es imprescindible frenar el crecimiento de la inflación y del precio de la energía, es también necesario conocer cuál es la disposición del líder popular a renovar la composición del CGPJ y bajo qué condiciones está dispuesto a cumplir este mandato constitucional.

La recomposición de las relaciones con Marruecos a costa de que España haya cambiado su posición tradicional sobre la excolonia del Sáhara Occidental, que se sustanciará con la visita de Sánchez a Rabat, debe hacerse sobre la base del conocimiento de las contrapartidas obtenidas por España tras aceptar que la oferta marroquí hacia el Sáhara es "la base más seria, realista y creíble" para resolver el conflicto. El presidente del Gobierno debiera volver de su encuentro con Mohamed VI, tras traicionar a los saharauis y a Argelia, con un calendario futuro en el que el reino alauita se comprometa a dar noticia de los aspectos que afectan a la soberanía española, la extensión de las aguas territoriales marroquíes que incluyen aguas de las Islas Canarias y la españolidad de Ceuta y Melilla. Es mucho esperar, porque la política expansionista de Marruecos no tiene límites.