Miguel Romero

CATHEDRA LIBRE

Miguel Romero


Simpleza y complacencia

10/10/2022

¡Qué curiosas palabras que, a pesar de haber habido una dura pandemia, siguen estando de moda!
En el Libro de los Muertos -en ese Egipto misterioso- hay dos elementos que se presentan como promotores y evidencia de la necedad: la simpleza y la complacencia. La simpleza o ingenuidad puede tomarse como la sencillez de alguien, más bien incauto, ya que no se ha preparado para caminar por la vida con cautela y sabiduría. O bien, ese cauto que desea solo el 'Carpe Diem', sin más. En el citado Libro no se considera la simpleza como una virtud positiva, sino como una manifestación negativa de ignorancia, falta de entendimiento y negligencia que debe remediarse a la brevedad.
Así que, amigos, somos necios cuando nos alimentamos de esa simpleza y no somos capaces de poder erradicarla de nuestra forma de ser o de actuar. Tendríamos que alimentar la mente con porciones más bien pequeñas de lo que consideramos sabiduría y así iríamos evitando esa supuesta ignorancia. Pero ¿qué sucede? Pues, que no estamos dispuestos a aprender e investigar más allá de nuestros supuestos, y menos a confrontar nuestras creencias al profundizar en nuestra búsqueda de conocimiento y eso nos lleva a que esta sociedad en la que nos movemos esté más bien llena de necios que de sabios.
Me encanta la reflexión de Pepe Mendoza en Proverbios y me sumo a su pensamiento porque es verdad que «también somos necios cuando alimentamos una complacencia absoluta y simplista en lugar de erradicarla de nuestras vidas. Si hay algo que caracteriza a nuestra generación de cualquier edad es la búsqueda irrestricta de satisfacción y placer a cualquier precio. Solo queremos ser alabados, nunca cuestionados; solo celebrados con 'me gusta' y demostraciones públicas de que somos únicos e importantes. Hemos olvidado que la vida no es color de rosa y requiere de fortalecer nuestro interior para poder nadar contracorriente, vencer la adversidad, hacer valer nuestros principios y enfrentar el viento en contra».
Por eso he traído aquí dos términos que siguen estando de moda: simpleza y complacencia. Nos gusta hacer las cosas simples y complacer al de al lado, sin profundizar en nada más. El que se complica en hacer cosas que «ayuden a la sociedad o potencien el deseo de aprender» es considerado demasiado tonto, atrevido, vanidoso y egoísta; y claro, ¡esta sociedad sigue estando en la ignorancia!