El CD San José Obrero cosechó una importante victoria el domingo que le permite soñar con la salvación. El conjunto rojillo superó y remontó al CD Yuncos (2-1) que plantó cara, pero que no pudo sacar nada positivo en el Obispo Laplana. Los locales se hicieron fuertes y lograron tres puntos de oro en el último suspiro de partido. Dos goles en la recta final que desataron la locura en las Quinientas.

El fútbol fue justo y los rojillos sonrieron de nuevo en la liga tras tres derrotas consecutivas. «El equipo creyó que podía hacerlo. Teníamos la confianza de que se podía sacar el partido. Sabíamos de la importancia que tenía este encuentro y confiamos hasta el final, hasta el último minuto, no se bajaron los brazos, y al no bajar los brazos, se pudo conseguir el objetivo», resalta el capitán, Javi Semprún.

Son muchos los puntos que se le han escapado, a lo largo de la temporada, al conjunto de Fran García en los últimos minutos, pero esta vez fue al revés, ellos fueron los que consiguieron darle la vuelta al marcador y sumar tres puntos de oro que les hacen estar a tan solo tres de la permanencia. Pero aún así, el equipo sigue mirando la clasificación «con la misma preocupación y las mismas ganas de sacar todos los puntos posibles y con la vista puesta en el próximo domingo  para poder seguir aumentando puntos, o por lo menos, intentarlo», asegura el capitán. 

Del mismo modo, añade que «tenemos los pies en el suelo porque todavía queda muchísimo por hacer». Aún así, afirma que esta victoria les da «confianza» para afrontar los próximos partidos. «Este equipo ha pecado de no tener confianza, de venirse abajo en mucho partidos ante las adversidades, por lo que un golpe de fortuna también es muy bueno anímicamente. Esta victoria nos da confianza, no solo por los tres puntos, sino por la forma en la que los conseguimos, peleando unidos hasta el final», manifiesta.