Jesús Fuentes

ÁNGULOS INVERTIDOS

Jesús Fuentes


Ciudad sin igual

04/06/2021

Tenía que suceder. Aún no hemos resuelto el yacimiento de Vega Baja, cuando  aparecen restos del anfiteatro romano que durante años hemos ignorado. Por supuesto que sabíamos que estaba ahí, justo donde han surgido los restos, pero, puafff, menudo lío. ¿Cómo conjugamos patrimonio histórico con el tiempo presente o con viviendas de ciudadanos? ¿Decidimos seguir ignorando que existen un Anfiteatro romano, un Circo o restos visigodos en distintas zonas de la ciudad?
La primera mitad del siglo XX fue una época aciaga para el patrimonio histórico y cultural. La entrada en la modernidad suponía derruir el pasado y malvender patrimonio a franceses o norteamericanos. Se suman miles de historias sobre el desguace de ese patrimonio. Nosotros tenemos alguna ejemplar: las Coronas de Guarrazar, con cuyo tratamiento nuestros antepasados  elevaron el listón de la ignorancia a una altura insuperable. Por no citar las obras dilapidas del Greco. Se derribaron edificios, se remodelaron calles, se dinamitaron los restos sobresalientes del anfiteatro de Toledo. La antigüedad no podía frenar ni el presente ni el futuro. Y en esas  estamos. El debate sigue pendiente. ¿Qué se hace con el propietario de  la vivienda bajo la cual han aparecido dos bóvedas de aquel edificio antiguo? ¿Lo mantenemos? ¿Enterramos para siempre los vestigios como ya se hizo con otros edificios, algunos públicos y otros privados, en Vega Baja?
La solución a estas cuestiones les corresponde a los  responsables políticos, estén en el gobierno o en la oposición. Son elegidos para representarnos y defender los intereses de la ciudad. Nadie puede quedarse fuera por oportunismo o por presiones. Sería preciso realizar un ‘Pacto de Años’ entre los partidos políticos y las instituciones sociales y culturales para establecer  medidas con financiaciones anuales con las que rescatar el patrimonio que aparece de vez en cuando para convertirse en noticia de medios de comunicación, propaganda en Facebook y posteriormente ser olvidado. Y que los partidos se comprometieran a incluirlo en sus programas en todas las elecciones.  ¿Se imaginan como sería Toledo, si se pudiera visitar el Circo Romano, el Anfiteatro, contemplar el ingenio hidráulico del arquitecto Turriano, extasiarse con las coronas de los reyes godos y así otros, además de los edificios  habituales? ¿Se imaginan si dispusiéramos de un Museo que enseñe la Historia de la Ciudad, desde sus etapas geológicas hasta nuestros días?  Sería una ciudad sin igual.