Jesús Fuero

TERCERA SALIDA

Jesús Fuero


Pienso, luego opino

14/01/2020

En el informe PISA de diciembre se recogía que uno de cada diez jóvenes no sabe distinguir entre una opinión y una noticia, algo que viene agravado porque en los periódicos y otros medios, opinión y noticia aparecen mezclados. Uno llega a entender y comprender que unos medios resalten unas noticias más que otras. Pero si no distinguen los receptores lo que es verdad, que es la noticia, de la opinión del que habla o escribe tergiversando o destacando algunos aspectos en mayor o menor medida, según su interés, no se enterará de casi nada, y alguien que no se entera y vota debería ser un problema para la democracia ya que no es alguien libre. Es alguien a quien se le manipula y al que han considerado tonto los que fabrican la opinión pública a través de técnicas bien estudiadas. Un ejemplo es tv3, pero otro aun peor es la que muchos periodistas llaman «comisaria política» de televisión española, otrora respetada por todos Rosa María Mateo. Recuerdo un sketch de Mota que decía que «el que es tonto lo es pa siempre, tonto del tooo, tonto perdió y sin remedio» o algo así. Es como los que se creen que el dinero de la administración se puede gastar sin ton ni son. O que la deuda de las administraciones puede seguir creciendo imparablemente, cuando se sabe que las deudas hay que pagarlas, que las deudas son esa hipoteca que muchas familias tienen, y que devolverla les supone mucho esfuerzo. Pues eso no es opinable. Hay quienes creen que con un partido las cosas les va mejor que con el otro, y eso es como el padre que da sus caprichos a los niños y los niños tan contentos con su padre, pero no con la madre que es más ahorrativa y sabe que para llegar a fin de mes hay que gastar lo justo y en lo necesario, que así a lo mejor queda un poco para las vacaciones del verano o para poner una prótesis a los niños que es mucho más necesaria que el neftix o el Smartphone de última generación. Por supuesto muchos atontolinaos y cosificaos no se enteran de que la mejor herencia que pueden dar a sus hijos es una buena educación, algo que no siempre tiene qué ser caro, si se empieza a aprender en casa.
Sin cambiar de tema, nunca entenderé por qué hay gente que prefiere ser vasallo de un mentecato antes que señor de su vida. Que prefiere que le den la letra de su vida escrita a escribirla. Que prefiere desde que tiene «conocimiento» ser solamente rojo o azul, en lugar de verde en primavera, blanco en invierno, mirar el cielo azul revestido de esperanza, o cortarse las venas para descubrir si hay sangre roja corriendo por ellas, todo por llenar de ilusión una vida y dejar un porvenir mejor a los suyos y al planeta. Hechos no noticiables, no opinables, son las víctimas de los regímenes comunistas. Las guerras por el control de las materias primas de las grandes potencias actuales. Las dictaduras más o menos encubiertas de China, Venezuela, Rusia, Cuba, o la mercantil yanqui. No es opinable la mentira del nacionalismo, o el servicio desinteresado de la iglesia a los más débiles, a no ser que sea el interés que tienen los que creen que hay vida más allá de la muerte, algo que es opinable para algunos y verdad cierta para otros. Verdad es que el texto del Corán es arcaico así como los fundamentos por los que fue escrito. Opinable es la tergiversación que hacen algunos de los sucesores mahométicos. Verdad es que el clima está cambiando, lo mismo que decir que en España la masa forestal ha aumentado mucho en las últimas décadas. 
Créanme que cuando escribo opino, aunque algunas cosas las saco de las noticias, como el informe PISA, que dice más cosas. Aconsejo que nos preparemos para lo que viene, que eso de la economía que estos últimos años no hemos practicado en España hace que lo que debemos lo tengamos que devolver con intereses, y los señores del dinero cobran siempre sus deudas, cuanto más tardemos más intereses pagaremos, lo matices serán tecnicismos y las justificaciones de los porqués de nuestros políticos solamente pura demagogia. Han ganado prebendas los que quieren dividir a España, no es opinable, y que eso va a traer más problemas a los de Cuenca y los de Argamasilla tampoco. Aconsejo que cada cual aguante su vela. Ya los hay con cirios encendidos.