Ángel Villarino

RATAS DE DOS PATAS

Ángel Villarino


Cuento de Navidad

01/01/2021

El señor T. se desplomó en la esquina de Velázquez con Padilla, frente a una sucursal del Banco Sabadell, que pronto ya no será el Banco Sabadell. Se quedó hecho un ovillo y empezó a sangrar por la boca, empapando la mascarilla pero sin quitársela en ningún momento. Los primeros en verlo fueron dos jóvenes, vestidos con parkas deportivas y FPP2 muy ajustadas. Le ofrecieron al señor T. varios consejos para afrontar la situación con ‘positive thinking’ y se marcharon.
La siguiente persona en detenerse fue un hombrecillo muy bajito, de mediana edad y muchas horas de gimnasio. Del cofre de su moto sacó un paquete de pañuelos ‘premium’ y se los ofreció a cambio de sus datos personales. Desde el suelo, el señor T. rellenó los formularios utilizando su propia sangre como tinta. Después, consiguió secarse el cuello y adecentarse un poco la corbata.
Intentó incorporarse dos o tres veces, sin lograrlo, mientras caía la tarde. Dos señoras que venían de tomarse un zumo le dieron consejos sobre cómo mantener fina la microbiota y reducir el estrés gracias a una APP para meditar.
Se hizo de noche y el señor T. tuvo tiempo para ver en la pantalla de un Ipad trucos para hacer relaciones sociales sólidas en ambientes competitivos. Pensó que nadie le había confundido con un mendigo a pesar de su lamentable estado. «Lo cual está muy bien», se dijo. Cuando el dolor no le empañaba los sentidos, le dio un par de vueltas a una idea que había tenido días antes para ser más productivo en las horas tontas después del almuerzo.
Murió poco antes de las diez de la noche y unos perros del barrio le mordisquearon los dedos, sin llegar a comérselos.