Miguel Romero

Miguel Romero


Entre las Carmelitas y la Fundación de Arte contemporáneo se avivan proyectos

06/10/2021

Nos dice Patrimonio y la página Visita Cuenca que el «el convento fue ocupado por las Carmelitas Descalzas en 1608, y objeto de dos remodelaciones a lo largo del siglo XVII: en 1624, a cargo del maestro de cantería Juan de Celaya, y en 1651 bajo la dirección del maestro carpintero Pedro García y el maestro albañil Antonio Velasco».
Y cierto es que este lugar emblemático donde fuese construido este magnífico edificio que albergaría a la comunidad de las Madres Carmelitas Descalzas, levantado, sobre las huertas de Diego de Córdido y del canónigo Covarrubias, pronto fue considerado uno de los emblemas de la ciudad moderna de aquel lejano siglo XVI. No en vano, se había modificado totalmente el paisaje primitivo, aquel en el que un segundo recinto amurallado y una puerta llamada del Mercado, daba ahora lugar, a un rincón religioso de fuerte influencia teológica y piadosa.
Es un edificio de planta poligonal, alargado, que se adapta a la topografía, y una fachada de equilibrada composición clásica, con una portada, dentro del cuerpo principal, dispuesta según los modos del primer barroco; de modo que sus diferentes volúmenes constructivos se revelan como elementos esenciales del conjunto de la cornisa de la hoz del Huécar.
Y aquí se siguen llevando a cabo actos culturales, gracias a la Diputación Provincial y a la Fundación Antonio Pérez, permitiendo que en sus instalaciones -especialmente en ese acogedor calustro- acojan a los interesados en proyectos innovadores, especiales y claves para el desarrollo cultural de nuestra ciudad. No hace mucho, hubo recitales poéticos en honor de Acacia Uceta, Federico Muelas y Diego Jesús Jiménez; luego, presentó sus últimos trabajos el poeta canario Samir Delgado, sin olvidar el última gran trabajo de nuestro gran investigador el profesor Pedro Miguel Ibáñez. Y fue este pasado lunes, cuando José Luis Jover, excelente poeta, escritor, filósofo y conquense de pro, nos ofrecía su «Poetas A-Z (Un alfabeto personal)», gracias a Ediciones La Zúa, en libro y exposición. Una caja de madera con tapa de vidrio que contiene 27 piezas de tamaño algo mayor que el de una postal tradicional, una para cada letra del alfabeto, reproduciendo en una cara el collage original de Jover alusivo al poeta elegido, hombre o mujer, con una información sobre el mismo. Como poeta más antiguo destaca Quevedo y como más reciente, el danés Henrik Nordbrandt.
Este marco inigualable -antiguo convento carmelitano-, colgado sobre la Hoz del Huécar, frente al Parador Nacional -antiguo convento dominico- sigue sorprendiéndonos a todos, por su versatilidad en nuevas exposiciones, en propuestas donde el arte actual, moderno, contemporáneo, ecléctico e innovador nos permite seguir la estela de las novedades artísticas que encierra nuestro panorama internacional, sin olvidar el continente que a su vez, es también un decorado artístico de fuerte prestancia en la historia de nuestra patrimonial ciudad.
Y no quisiera dejar de lado, la huella que siempre aporta mi querido amigo, el artista Perico Simón, grabador, ilustrador y profesor, en éste y otros tantos proyectos que el Arte de Cuenca mantiene.