Javier Santamarina

LA LÍNEA GRIS

Javier Santamarina


El día más largo

03/04/2020

No es fácil gobernar y por ello, la ciudadanía debería ser respetuosa con la tensión que va asociada al cargo. Cuando se tiene responsabilidades, la soledad inherente al puesto exige en ocasiones tomar decisiones que no se pueden explicar. Además, no siempre se tiene la suerte de estar en el sitio adecuado para el reto que se debe afrontar. Resulta curioso observar la ingenuidad de muchos políticos que ambicionan el poder sin preguntarse el daño que pueden provocar.

Es ventajista hablar a toro pasado de lo que se podría haber hecho. Esa actitud es infantil y cómoda, porque una vez conocemos todos los hechos, es obvio que si pudiéramos rectificar lo haríamos sin dudar. Esta afirmación es un poco aventurada, porque a algunas personas les puede el ego y otras se mueven por unas consideraciones ideológicas anteponiendo sus ideas a la realidad.

Ante una pandemia no hay muchas alternativas, si me apuran todas son malas. La clave es acertar con la más adecuada para tus circunstancias y cultura. Lo primero que hay que tener es claro es qué se quiere hacer, qué se pretende evitar y cuándo hemos conseguido el objetivo marcado. Si nos vamos al caso chino, el objetivo era muy simple. Erradicar la propagación del virus a toda costa sin importar el coste económico, las libertades restringidas o lo que hubiese que manipular para ganar la batalla.

Alemania ha desarrollado la misma estrategia pero apoyándose en la tecnología, con tests masivos para aislar a los infectados. Parece que de momento no les va mal, aunque sería cauto sobre su victoria presente. Suecia ha seguido la senda de afectar lo menos posible a la economía, limitando los movimientos de los mayores y confiando en los beneficios futuros de la inmunidad, sin facilitar la propagación al prohibir las concentraciones de más de 50 personas. No les está yendo nada mal. Estos suecos son tan fríos…

España optó por desaprovechar febrero. No hizo acopio de medios para proteger a sanitarios, cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, test rápidos de detección y esperó a que pasara el 8-M para intentar frenar lo inevitable. Esta falta de estrategia nos lleva a la parálisis productiva actual, un daño económico brutal y un ataque sistemático a las libertades públicas.

Ahora estamos en Terra Incógnita. Es imposible predecir las consecuencias de las decisiones políticas porque desconocemos cuál es la estrategia del Gobierno o puede que no exista. Se han quedado sin relato.