Enrique Belda

LOS POLÍTICOS SOMOS NOSOTROS

Enrique Belda


La 'derecha' imposible

04/06/2019

Como ha quedado probado en todas las elecciones celebradas esta primavera en España, la absurda e irreal clasificación en bloques de buenos (izquierda) y malos (derecha), solo ha beneficiado a aquellos que aparentan encarnar la bondad, sin ser nada distinto a lo que es la derecha. Eso le gusta a la gente: sentirse en brazos del progresismo para tranquilizar la conciencia, sabedores que las carteras están a salvo durante un tiempo. De cuando en cuando esa mayoría de españoles repara que la cartera sufre y vuelve a sus orígenes moderados para dar el gobierno a los que saben llenar la caja de Hacienda, hasta de nuevo retornar en busca de la cigarra que reparta lo almacenado por las hormigas. Nada nuevo. Lo que ocurre es que este retorno del centro/derecha/liberal, esta vez ni siquiera ha sido posible, a pesar del fantasma de la recesión y la crisis, porque los partidos que representan esa necesidad social han caminado divididos. Todavía días después de las sucesivas elecciones, hay quien se sorprende de los resultados, cuando estaban cantados.
Ahora en la llamada ‘derecha’ hay dos caminos: el primero es que cada uno de los tres partidos nacionales y seis regionales que la componen, entren en competencia entre ellos, o se vendan por cachos al PSOE en sus territorios, al tiempo que los dirigentes conservan su parcela de poder en las migajas de la oposición o de una residual consejería. El segundo, que es el que creo más acertado, que piensen en las necesidades del cuerpo electoral y que ofrezcan para él una alternativa, a través de un partido nuevo, o de sólidas coaliciones que mantengan la identidad de los actuales grupos (como ocurrió en Francia largo tiempo con el RPR y la UDF). Esta segunda opción no solo permitirá sumar de cara a recuperar poder dentro de cuatro años: más bien será la respuesta necesaria a la realidad ciudadana que pide un mensaje amplio, conciliador y unido (no único) ante el PSOE.
Lamentablemente la inercia parece conducirnos a la opción sin salida, la primera, porque las elites económicas van a pretender que prevalezca el interés de cada partido, aunque sea de cara a protagonizar las migajas del poder, antes que una nueva concertación de amplia base social, que por su amplitud es por naturaleza de más difícil control. Pero lo más grave: ¿No se han fijado en estos días en la convergencia de anhelos y fines entre el PSOE y lo más rancio de la militancia de los partidos de ‘derechas’?
Así es: el PSOE utiliza todos los recursos del poder para separar a Cs del PP, y algunos votantes y dirigentes, lamentablemente muchos, hacen lo propio al sostener el espíritu de lucha fratricida e ir tejiendo un manto de inveraces diferencias de mensaje, pugnando por doblegar al hermano sociológico como primer paso a una futura victoria. A mí no me van a encontrar en eso: las próximas elecciones debemos acudir juntos en unas siglas o en una coalición estructurada. Y no se equivoquen, no es solo para sumar a VOX, Cs o PP: la necesidad de un partido o coalición de mínimos denominadores comunes de la moderación deviene de lo imprescindible de recuperar entre dos y cuatro millones de votos del centro izquierda, con una alternativa práctica basada en los derechos y su sostenimiento económico, de la que les vengo dando cuenta hace años. Militantes y dirigentes de los partidos afectados debemos de recordar, cuando lleguen nuestros congresos, que estamos para sacrificarnos en busca de mayorías de votos que gobiernen instituciones, y no de ganarnos los unos a los otros para encumbrar a dirigentes que gobiernen solo los partidos…¡en la oposición!