Alejandro Ruiz

EL REPLICANTE

Alejandro Ruiz


El ‘lapsus linguae’

16/09/2021

Dicen los expertos, siguiendo las teorías de Sigmund Freud, que los ‘tropezones lingüísticos’ son aportaciones del inconsciente, que cuando cometemos este tipo de errores, según el psicoanálisis, es porque nos topamos de repente con esa parte oculta de nuestros deseos y tendencias. Parece entonces que los ‘lapsus linguae’ suelen producirse como un error inconsciente al hablar en el que se muestra el pensamiento real de la persona. A veces no tienen mayor relevancia, pero en algunas ocasiones, las palabras resultantes son susceptibles de una interpretación del significado en el pensamiento subyacente e interno, por la relevancia y las características personales del emisor.
Ha sido el caso del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la entrevista de Carlos Franganillo en un Telediario de TVE, en la que al intentar fardar de su ‘referente’ gestión de la pandemia, llegó a decir que «hemos vacunado a todo el mundo y no hemos preguntado su origen, ni su creencia, ni lo que votaban». Un ‘lapsus linguae’ que, por error inconsciente, hace aflorar el pensamiento real del presidente, lo que verdaderamente lleva dentro de la cabeza, su verdadero talante, ya sospechado, intuido o constatado por muchos, desfigurando el lenguaje políticamente correcto que sin duda pretendía utilizar.
La frase la suelta tan campante, sin inmutarse, pensando que deberíamos quedarnos agradecidos por haber podido vacunarnos todos con sus vacunas, las vacunas de Pedro Sánchez, esas que hemos pagado todos los españoles con el dinero de los Presupuesto Generales del Estado, las que nos han inyectado las Comunidades Autónomas, limitándose Sánchez, en realidad, a una dudosa gestión. Y con la magnanimidad presidencial de no habernos pedido el carné de su partido, ni haber sufrido una encuesta o cumplimentado un formulario indagatorio sobre la concurrencia en nuestras mentes de alguna diestra y maligna tendencia política inapropiada.
Y todo, oiga, pese a que el artículo 43 de la Constitución reconoce el derecho a la protección de la salud, dejando claramente expuesto que compete a los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública a través de medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios, así como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que establece el derecho de toda persona a la salud, dejando en evidencia que el subconsciente de Sánchez no es muy democrático.
Y no es la primera vez. Recuerden aquella, entre otras, en la que en el momento en el que Sánchez intentaba eludir una pregunta sobre el pacto de su Gobierno con EH Bildu, haciendo partícipe a la formación abertzale de la gobernación del Estado para poder aprobar los Presupuestos, sustituyó el ‘Congreso de los diputados’ por el ‘Congresos de los dictadores’. En aquella ocasión tuvo una respuesta directa del mismísimo Alfonso Guerra, que describió el pacto como despreciable: «Cuando una sociedad acepta lo absurdo sin reaccionar es una sociedad en decadencia», dijo.