Diego Izco

TIEMPO MUERTO

Diego Izco

Periodista especializado en información deportiva


Liverpool

22/05/2020

Imaginemos vivir en un mundo ideal, un mundo Disney donde el malote es horrible y perverso pero siempre pierde, y pensemos que las Ligas de fútbol no regresan por el dinero. Mintámonos, hagamos ficción, trampas al solitario, y eliminemos «negocio» de la ecuación para quedarnos solo con el deporte: ¿Para qué vuelven las Ligas? Para decidir campeones, justificar puntos perdidos, definir un ranking que dé un billete a Europa o una salvación in extremis… En cierta forma, el regreso es una forma de hacer justicia con quienes estaban sacando la cabeza del pozo, recortándole puntos al cuarto o al sexto o, directamente, quien iba segundo con mejores sensaciones que el primero. ¿Puede ser nuestro caso? Tal vez. Y al mismo tiempo, sólo pensando en los más 'guapos', el regreso de las Ligas es una forma de preparar el terreno para el retorno de la 'madre nodriza' de todas las competiciones, la Liga de Campeones y su enorme (con muchas erres) negocio. Se jugará en agosto, comprimida como la Eurocopa que correspondía, y quienes pretendan ganarla deberán llegar con rodaje. ¿Se nos ha olvidado mencionar que todo esto será sin público? Se nos ha olvidado. ¡Ah, el público, qué cosa tan del siglo XX, a quién le importará!

Vale. Y con todos esos argumentos entra el Liverpool. Eliminado de Europa, recuérdenlo, en otra de esas noches-milagro del Atlético de Madrid (el ejercicio de supervivencia máxima en Anfield y la noche de Llorente). Líder de la Premier League con 25 puntos de ventaja sobre el Manchester City, segundo clasificado (le basta con ganar dos partidos para ser campeón). Y sin su gente en las gradas, sin un You'll never walk alone que llevarse al gaznate. Si los regresos suelen ser noticias felices, dudo que a orillas del Mersey tengan ganas de tirar cohetes.