Javier Caruda de Juanas

Javier Caruda de Juanas


Cuestión de detalles

03/11/2022

No se puede negar que, a pesar de los pesares, el español busca cualquier excusa o razón para disfrutar de unos días que permitan romper la rutina que nos encadena al quehacer diario. Acabamos de concluir el último puente generalizado de este año ya que la veleidad del calendario nos regala un intermitente comienzo de diciembre, al menos en lo que a festividades se refiere, y lo hemos hecho disfrutando de tradiciones, importadas y propias, que han abierto un paréntesis en las preocupaciones diarias en forma de precio del megawatio hora y esas cosas que hasta hace bien poco nos importaban de una manera relativa. La identidad de una sociedad se basa, entre otros aspectos, en el cuidado de su folklore, de sus costumbres. En esta época marcada por la velocidad de subida y bajada de datos a la red, la propuesta ofrecida por el ayuntamiento capitalino, a través de la compañía Engatos Teatro, ha permitido que un buen número de jóvenes se hayan acercado, quizá por primera vez, a la leyenda de la Cruz de los Descalzos, tan apropiada para estos días. El cuidado de nuestra cultura pasa, ineludiblemente, porque los jóvenes la conozcan y la sientan como propia. Las leyendas siempre ocurren en ese mundo difuso compuesto de realidad e imaginación. El hecho de poder disfrutar de la puesta en escena de tan conocida leyenda en el mismo lugar que la leyenda dice qué ocurrió posibilita sentir lo contado de una manera más próxima. Ojalá siga manteniéndose esta propuesta con el paso de los años. Por cierto, hablando de mantenerse años ¿alguien podría indicarme cuántos años lleva instalado el andamio que adorna la llegada a la Ermita de Nuestra Señora de las Angustias? Lo mismo sigue siendo necesaria su presencia por unos trabajos que desconocemos la mayoría de los conquenses. No sé, últimamente no conozco mucho el mundo andamio. Lo que está claro es que tenemos la necesidad de presentar nuestros recursos turísticos al visitante de una manera ejemplar. No creo que esta sea una de ellas, por supuesto. 
Lo que parece que marcha viento en popa es la excavación del Balneum de Noheda que ha alcanzado ya el sesenta y cinco por ciento de su ejecución. Desde luego este es uno de los grandes recursos provinciales. Lástima que este verano (recuerdan el calor sofocante, ¿verdad?) la avería del aire acondicionado en la zona visitable imposibilitara durante un tiempo la realización de una visita sin prisas. 
Son detalles. ¿Se puede visitar Noheda sin aire acondicionado? Sí, claro. ¿Se puede interpretar la leyenda de la Cruz de los Descalzos con un andamio a sus espaldas? Se puede, por supuesto. Pero son los pequeños detalles, los pequeños matices, los que nos llevan a la excelencia o nos dejan en la normalidad. Y puesto que el recurso lo tenemos, debemos centrarnos en usar lo cotidiano para continuar asombrando a todo aquel que venga. Una señalética adecuada, una limpieza completa, una ordenación del tráfico sensata o una mejora de los espacios más demandados por visitantes y propios serían un magnífico complemento a la riqueza que nos rodea.