Miguel Romero

Miguel Romero


La Guardia Civil tuvo su libro

27/10/2021

La verdad es que me sentí especialmente bien cuando el pasado jueves iniciamos el nuevo ciclo de historia sobre Cuenca y su Tierra. Ya son siete ediciones -siete años- que iniciamos un periplo en la Biblioteca Municipal en el que las singularidades de nuestro pasado histórico conquense ocupa un espacio cultural al que asisten multitud de ciudadanos deseosos de ampliar sus conocimientos.
Porque, modestamente, un servidor considera que la divulgación histórica siempre llenará ese espacio de interés para una sociedad necesitada de mejora, no solo en el conocimiento, sino en la conservación y aplicación de «valores» como fruto de necesidad de progreso y bienestar general.
Por eso, los Talleres de Historia siempre son bien venidos, deseados y aplaudidos, llenando muchas veces el salón de actos que lleva el nombre de mi amigo y recordado Juan José Gómez Brihuega, compañero de avatares docentes y culturales, y reencontrándonos con páginas de una historia conquense necesitada de escribir y condensar en volúmenes legibles para todo ciudadano que se precie.
Y este jueves lo iniciamos y qué mejor que hacerlo con la conferencia-presentación del libro sobre «La Guardia Civil y el mundo rural. Cuenca, un ejemplo a estudiar», escrito por un servidor y presentado por el propio teniente coronel, jefe de la Comandancia de Cuenca, don Fernando Montes, sin olvidar ese prólogo bien ideado por el filólogo Juan Rodríguez Cantos -ahora en labores de subdelegado del gobierno de España en nuestra provincia-.
Y todo giró en torno a esa atmósfera de buen entendimiento cuando la objetividad del diálogo entre ponente y público se daba en la transmisión de datos, hechos y circunstancias que permitieron adecuar los objetivos de un Cuerpo de Seguridad que nace bajo la necesidad de la buena convivencia, actuando en todos y cada uno de los periodos donde los gobiernos políticos bailaron entre la democracia, el autoritarismo, las guerras, la dictadura, el bandolerismo creciente, los movimientos sindicalistas o la nuevas tendencias de una política española que nunca supo cuál era el camino adecuado.
Por eso, al numeroso público allí presente disfrutó una vez más de una conferencia al uso, abriendo aspectos al conocimiento deseado, compartiendo ideas -contradictorias a veces- pero ágiles en entendimiento, buena conversación, armonía y satisfacción general, para seguir así con ese ciclo de conferencias que continuaran el próximo jueves 28 de este mismo mes de octubre, con La España del XVIII, entre la Marimorena y el motín del tío Corujo en Cuenca donde Miñones, Pimentoneros o Maneles rebuscaron las «cosquillas» de corregidores y nobles de la ciudad. Otro buen tema para dialogar, escuchar, compartir y coloquiar.