Pilar Gómez

MIS RAZONES

Pilar Gómez


Salario vital, sí pero...

01/06/2020

La aprobación por el Consejo de Ministros del llamado Ingreso Mínimo Vital (IMVI) es un episodio reseñable que ha de analizarse a la luz de un escenario económico y social rebosante de inquietud. Este ‘salario vital’, como se le conoce ya popularmente, es una ayuda que dispensa el Estado a las familias que se encuentran en una situación  económica de urgente necesidad, bien sea por los efectos de la pandemia o por otras circunstancias.
El Estado corre raudo a socorrerlas. Todos los partidos han votado a favor de una iniciativa que no sólo busca ayudar a los más desfavorecidos sino también pretende atajar un drama social que podría derivar en episodios más que complicados.
La aprobación de esta medida ha ido acompañada de una pugna interna en el Gobierno entre PSOE y Podemos por apuntarse este tanto. Un episodio patético y vergonzante. El vicepresidente Pablo Iglesias ha pretendido erigirse su promotor amen de líder de los descamisados, en tanto que José Luis Escrivá, responsable de la cartera de Seguridad Social, ha puesto el sello técnico y profesional a una cuestión endiablada.
La iniciativa, con ser razonable, dista mucho de ser un acierto pleno. Entre otras cosas, porque no se han tenido en consideración factores elementales. Por ejemplo, una coordinación del Ejecutivo con otras instancias de la Administración, ya que la recepción de esta ayuda no es incompatible con otras que las mismas personas o familias estén recibiendo en otros niveles públicos, bien sea Comunidades autónomas o Ayuntamientos. Tampoco se exige al beneficiario la condición de que se encuentre en trance de búsqueda de empleo, como sí ocurre, por ejemplo en Alemania, para evitar que se eternice esta prestación.
La entrega de la gestión de estos fondos al Gobierno vasco, es decir, al PNV, excepción única en este sentido salvo Navarra, pese a que otros gobiernos regionales también lo demandaban, evidencia un guiño de Pedro Sánchez al partido que le encaramó al sillón de la Moncloa. Hasta con la necesidad de la gente se hace obscenamente política.
Salario vital, sí, por supuesto. Pero tampoco se han hecho las cosas bien. Ahora hay que explicar con qué fondos se pagará (no hay dinero para todos los ERTE) y el porqué de que se haya evitado señalar de fecha de caducidad.