Navarra Suma mostró el camino. La unidad es una vía que el centroderecha debe plantearse. Y debe empezar a recorrer. En Navarra se logró derrotar a los nacionalistas. El cambio de bando del PSOE, fiel a su tradición de gobernar a cualquier precio, desbarató lo que habían respaldado las urnas.
Inés Arrimadas, líder interina de Ciudadanos, ha dado el paso al frente y ha planteado la posibilidad de la unidad con el PP de cara a las citas electorales de este año. Cataluña sería el primer paso de este experimento que puede resultar beneficiosos para las dos formaciones. Y, sobre todo, para la opción política que plantea frenar la deriva emprendida por Pedro Sánchez en La Moncloa, reflejada en su acuerdo con Junqueras tras el humillante encuentro de esta semana con Rufián en la sede del Gobierno de todos los españoles.
Arrimadas habla de ‘acuerdos trasversales’ tanto en Cataluña como en País Vasco y Galicia. Una sugerencia razonable, nada fácil de llevar a cabo ya que es preciso superar egocentrismos, afanes protagónicos, siglas, intereses, disputas pretéritas, resquemores, rencores... Núñez Feijóo ya ha advertido que con él no cuenten, porque en Galicia el PP es claramente hegemónico después de tres mayorías absolutas. Quizás tenga razón. O no.
Lo que es cierto es que la oferta de Arrimadas abre un camino que ha de estudiarse sin prejuicios ni apriorismos en el bloque del centroderecha. Es una idea, además, que en su momento lanzó el PP, bajo el nombre de ‘España Suma’ y que Albert Rivera desechó con cierto desprecio. Su sucesora, a falta de su confirmación oficial como presidenta naranja, ha retomado esta idea y la ha puesto sobre la mesa. La España de los consensos democráticos, del acuerdo constitucionalistas del 78, necesita reaccionar, necesita que las fuerzas defensoras del Estado de Derecho se organicen, reagrupen y caminen unidas para hacer frente al brumoso e inquietante horizonte que se nos viene encima.